Inexplicable salvajada

El pasado 13 de febrero el presidente de la República entregó en la Asamblea un nuevo proyecto de ley urgente en materia económica, relacionado con los llamados deudores de buena fe de la banca cerrada, en el que pide, en definitiva, que se amplíen los plazos, y haga más flexibles ciertas condiciones, previstas en la ley original, de febrero de 2014.

Más allá de la urgencia, o no, de tal pedido de reformas, hay que recordar que los proyectos de ley solo pueden referirse a una materia; de lo contrario no pueden ser tramitados (Constitución, art. 136). Recuerdo esto a propósito de que el susodicho proyecto, sin explicación alguna en la exposición de motivos, trata de meter de agache una sustancial reforma al régimen previsto en el Código Monetario y Financiero (COMF) sobre la responsabilidad de ciertos accionistas de bancos cuando estos liquidan: pretende que sean solidariamente responsables de todas las pérdidas, si tienen más del 6 % de su capital. Así fuesen minoritarios hostiles que jamás administraron.

La regla vigente, que se intenta modificar, está en el artículo 238 del COMF, cuyo texto es igualito al originalmente propuesto por el propio presidente de la República en el proyecto original, de época no tan lejana, junio de 2014. Según dicho artículo 238, los accionistas con más del 6 % de un banco que entra en liquidación “responderán inclusive con su patrimonio personal en caso de que hayan incurrido en dolo, culpa grave o culpa leve”. Ahora se quiere ampliar esa responsabilidad. Primero, eliminando la exigencia de que hubiese “dolo, culpa grave o culpa leve”, bastaría ser accionista. Y segundo, haciéndola solidaria por la totalidad de las pérdidas (disposición reformatoria segunda, párrafo 3).

¿Qué ha pasado en los últimos dos años y ocho meses que justifique semejante giro? ¿Qué liquidación bancaria, producida desde mediados de 2014, aconseja semejante agravamiento de la responsabilidad de los accionistas bancarios? Insisto, no hay explicación alguna en el proyecto. Hasta que no la haya, solo queda asumir que es salvajada pura y dura. Por lo menos.

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