Lula cierra su gira al norte de Brasil en medio de nuevas acusaciones

ARCHIVO El expresidente de Brasil Luiz Inacio Lula da Silva participa en un acto con sus simpatizantes hoy, lunes 28 de agosto de 2017, en el estado Río Grande del Norte, ciudad de Mossoró (Brasil), durante una gira por el norte del país denominada por el Partido de los Trabajadores (PT) como "Proyecto Lula por Brasil". Lula comenzó el pasado 17 de agosto un tour de 20 días por 25 ciudades y nueves estados del norte para "conocer las necesidades del pueblo", mientras acaricia la posibilidad de ser candidato del PT para 2018 pese a tener una condena en primera instancia a nueve años y medio de prisión por corrupción. EFE/Ney Douglas. EFE/Ney Douglas.

El expresidente Luiz Inácio Lula da Silva cerró hoy una gira de 20 días por la región nordeste de Brasil, la más pobre del país, al tiempo que fue denunciado, de nuevo, por un supuesto delito de asociación ilícita en una causa relacionada con el caso Petrobras.

El exmandatario pronunciaba un discurso en Sao Luís, capital del estado de Maranhao, ante su militancia mientras la Fiscalía le denunciaba a él y a su sucesora y ahijada política, Dilma Rousseff, por supuestamente haber integrado una «organización criminal» en el Partido de los Trabajadores (PT), al que ambos políticos pertenecen.

Sin conocimiento de las nuevas acusaciones en su contra, Lula, que ya fue condenado en julio pasado a nueve años y medio de prisión por supuestamente haberse beneficiado de la trama que operó en la petrolera estatal, volvió a criticar duramente a policías y fiscales, a los que culpó de crear una «mentira».

«Si inventaron una mentira para juzgarme y no saben cómo salir de la mentira es un problema de ellos«, expresó Lula delante de su militancia en el acto de clausura de una gira que ha tenido un marcado tono electoral, aunque él siempre ha rechazado tal calificativo.

Desde el 17 de agosto, el carismático líder ha recorrido en autobús más de 4.000 kilómetros por 32 ciudades de los nueve estados que componen la región nordeste del gigante suramericano.

En estas casi tres semanas, Lula, que lidera los sondeos de intención de voto para las presidenciales de 2018 y ha admitido su deseo de disputar las elecciones, ha sido arropado durante este tiempo por miles de brasileños en el que es el bastión histórico de sufragios del PT, además de ser su tierra natal.

«No sé si ellos quieren prohibir que sea candidato. Si lo soy, es para ganar y para probar que un trabajador gobierna mejor que ellos«, manifestó el exgobernante, cuya eventual candidatura sería impedida en caso de una ratificación en segunda instancia de la condena recibida.

El que fuera presidente de Brasil entre 2003 y 2010 ha compaginado estos días actos públicos, en los que ha cargado contra la gestión del presidente Michel Temer, con encuentros en diferentes universidades de la región que le han reconocido con cinco doctorados «Honoris Causa».

La gira se asemejó con el proyecto conocido como las «Caravanas de Ciudadanía», que el propio Lula desarrolló antes de las campañas para las presidenciales de 1992 y 1994, en las que perdió pero que le dieron proyección nacional a su imagen política, forjada en los sindicatos de Sao Paulo.

«La democracia que yo quiero es diferente de la que la elite quiere. Usted solo puede gritar que está con hambre, pero no puede comer«, señaló Lula en Sao Luis, mientras los asistentes gritaban «Fora Temer» (Fuera Temer).

Lula, de 71 años, tiene ahora poco más de una semana para preparar el interrogatorio al que le someterá el próximo 13 de septiembre en la ciudad de Curitiba el juez federal Sergio Moro, encargado del caso Petrobras en primera instancia y que ya le condenó en julio pasado en uno de esos seis procesos penales que afronta el ex jefe de Estado.

En esta causa, la Fiscalía denunció a Lula por corrupción pasiva y lavado de dinero y le acusó de recibir sobornos del grupo Odebrecht, una de las empresas implicadas en la red corrupta, a través del exministro Antonio Palocci, ya condenado por el caso Petrobras.

El dinero, sostiene la demanda, se habría destinado a la compra del terreno que ocuparía la sede del Instituto Lula y un ático vecino a su residencia particular en la ciudad de Sao Bernardo do Campo, en el estado de Sao Paulo.

«Yo aguanto lo que están haciendo conmigo, pero me quedo con pena con lo que ellos están haciendo al pueblo brasileño (…). Vamos a volver a gobernar este país», vaticinó hoy Lula.EFE

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