Cecilia Velasco presentó su libro «El día de la Gratitud»

Cecilia Velasco, foto larepublica.ec

Guayaquil.- La escritora Cecilia Velasco (Quito, 1965) presentó su libro «El día de la Gratitud», en la III edición de la «Feria del Libro Guayaquil es mi destino para leer y crecer», acompañada de la abogada Silvia Buendía y de la periodista Clara Medina, el viernes 8 de septiembre a las 18h00, en el Centro de Convenciones de Guayaquil.

Cecilia le cuenta a La República que escribe desde muy joven: «es algo que me atrapa, que me hace muy feliz, que me hacía sentir realizada, yo estudié Ciencias de la Educación con especialidad en literatura y luego hice una maestría en Literatura en la Universidad Católica de Quito. Mi primer trabajo fue para las Áreas culturales del Banco Central,  allí trabajé como ocho años en una revista difusión cultural del Banco Central,  luego fui profesora por 19 años en el Colegio Alemán y luego unos tres años trabajé en la Universidad Católica».

Ahora que sus tres hijos han crecido, está dedicada a escribir y a «hacer cosas  un poco más free lance. Seguramente me incorporaré a algo más formal, pero de momento a eso.» Cecilia tiene tres hijos, dos chicos y una chica, que «parecen muy jóvenes, pero ya son grandes», dice.

Su primer libro fue uno de poesía ‘Palimpsesto’ que lo publicó con la artista Pilar Flores,  después publicó «Tony» que ganó el XV Premio Latinoamericano de Literatura Infantil y Juvenil  otorgado por el Fondo de Promoción de Lectura y la Editorial Norma. Luego escribió dos libros infantiles con Alfaguara Infantil, otra novela juvenil que se titula «La domadora de leones», y éste es que es el último libro con Alfagura que se titula «El día de la gratitud».

LR: ¿Qué te inspiró para el libro?

CV: Yo creo que mi relación con los jóvenes ha sido una influencia, pero, también quería escribir una historia con un tono un poco más escéptico, más irónico. Creo que porque son tiempos en los que aparentemente triunfa el autoritarismo, o el arribismo, o triunfa el oportunismo y para mí era importante escribir algo un poco el clave de burla, pero sí para cuestionar ese tipo de poder de lo peor.

Tiene otros manuscritos que tiene que perfeccionarlos, «yo creo que el esfuerzo mayor es pulirlos, trabajar en ellos, corregirlos editalos. No es tan disciplinada como quisiera para escribir. «Por eso lo de Alfaguara fue bien importante, eso es lo bueno de tener un compromiso con una casa editorial porque ya sabes que tal fecha tienes que entregar. Pienso disciplinarme más porque si es algo que me interesa, ahora que veo las salas de la feria llenas de gente, me alegra profundamente y digo talvez es algo que yo puedo hacer con más constancia y dedicación».

La novela y el conversatorio con Silvia Buendía y Clara Medina.

Clara Medina nos sitúa en el relato indicándonos que  el «Centro de Rehabilitación El Buen Samaritano» donde transcurre la novela, es una especie de internado-colegio, donde los chicos aparte de rehabilitarse, estudian, y señala que es un sitio estratificado, donde hay tres clases sociales muy bien diferenciadas, y donde trabaja el protagonista de la obra, que es un profesor de matemáticas llamado Jerónimo Onofre.

Silvia Buendía afirma que: «es una novela que a mí me convoca y me parece tan positivo que una novela que está sumamente bien escrita, que se deja leer, profunda, de repente comience a hablar de un sitio de rehabilitación para chicos con problemas. Y, ¿qué problemas tienen estos chicos? Uno de los problemas que pueden tener es que, de repente, su orientación no es heterosexual, lo cual es un problema para sus padres, y otro problema que pueden tener estos chicos es que no se adaptan a la sociedad en la que viven, o que de repente consumen cierto tipo de substancia. Y a mí se me pararon los pelos en algún momento de esta novela, porque  venimos de una elección presidencial donde escuchamos a los candidatos hablar una y otra vez del problema de la droga, y ¿cómo lo quieren solucionar? ¡Encerrándolos pues!, encerrando a estos chicos para ver si alguien los endereza desde no sé qué centros , con un total desconocimiento de lo que sucede en estos centros.

Lanzamiento libro «Día de l gratitud de Cecilia Velasco con Silvia Buendía y Clara Medina

Es super importante una novela que profundice este tema desde tantas miradas, porque ésta es otra cosa que tiene la novela de Cecilia, ¿quién la escribe? ¿quién la narra? Es una novela coral, con muchísimas voces que tiene además algo importante que es ferozmente personal, cada voz habla desde su punto de vista, desde el punto de vista del de al lado, de la historia del compañero, del amigo, del jefe, son como distintas versiones del mismo personaje que nos van contando las cosas buenas, las cosas malas, las cosas sucias, las cosas profundas, cómo se ve la persona, cómo lo ven los otros. Mira que es una novela breve, pequeña, y, sin embargo, te permite la profundidad para el conocimiento del personaje. Este coro de voces no dejan casi nada a la casualidad, sino que allí está y sobre todo, ¡cómo te burlas del lector!, porque uno lee la novela y dice ésto es así’, y luego viene otra voz y dice: ‘no es así, es totalmente al contrario’ y después viene una tercera voz que te dice: ‘mira,ve, eso que tú creías, eso es’.

Clara: ¿Porqué en la novela los personajes no tienen hijos, o si los tienen, los hijos son causa de problemas?

Cecilia: Por un lado, yo  quería construir esa distancia y buscar un personaje que no se parezca en nada a mí, que soy madre y pésima para las matemáticas, y por otro lado, creo que la familia sí es a veces un problema y la armonía familiar, en muchos casos, realmente no existe, y que los jóvenes se sienten profundamente solos y sus padres no están ahí para acompañarlos, ni para amarlos, ni para protegerlos. Y de alguna manera yo quería imaginar cómo puede ser una ficción de este tamaño, de este calibre.

Silvia: Sobre todo la vida y circunstancias de un hombre que es profesor de matemáticas, un hombre genial, pero, al mismo tiempo con unas oscuridades increíbles y profundas, pero el personaje va creciendo desde las primeras partes de la novela, crece y se profundiza. A mí me llaman mucho la atención los personajes femeninos, porque a pesar de que no tienen la profundidad del protagonista y de hecho, de los otros hombres que acompañan este relato, tiene una mirada feminista en todos y cada uno de los personajes femeninos, y allí están el abuso sexual, esa madre que tiene un marido que ha decidido que la libertad de su hijo está condicionada a su virilidad, si no se muestra como un chico heterosexual entonces no tiene el derecho a su libertad y a su proyecto de vida, y la madre no puede hacer nada, está atada de manos a esta casa patriarcal que dice lo que ella tiene que ser y hasta donde puede llegar como madre.

Esa es una mirada de denuncia, sin ser esta una novela feminista ni muchísimo menos, pero ahí está sutilmente dicho, y yo me pregunto: ¿es intencional o simplemente así se te ocurrió, o lo has visto así? Porque yo a estos personajes femeninos los conozco, yo los he visto, yo conozco a estas madres que no pueden tomar decisiones sobre sus hijos porque ellas están a cargo del cuidado, pero las decisiones importantes las toma el papá».

Cecilia: Yo diría que ésa sí fue una decisión más deliberada, yo creo que mujeres como nosotras, como estas tres mujeres que estamos aquí sentadas tenemos una mirada mucho más crítica y podemos descubrir este orden en esta autoridad patriarcal, porque talvez hemos deseado aprender más. Al feminismo yo lo entiendo como una forma de humanismo, digamos que fue intencional de algún modo, pero no como una consigna política sino porque talvez mi visión está ya atravezada por eso. Tengo otro personaje femenino que se llama ‘La Mudita’ que tiene algún tipo de discapacidad y es un homenaje a un personaje que está en Dostoyevski , y que es objeto de una seducción y de un abuso de poder por parte de un tipo que es muy, muy poderoso, y yo creo que eso pasa con frecuencia, es una sociedad que muchas veces margina a los jóvenes, las mujeres, los más frágiles.

Clara cita el libro: «Piensa que cuando es joven puede permitirse ciertas licencias, pero no en la adultez». No te parece que a veces los adultos se condicionan mucho con aquello de la adultez? Con aquello de lo que se espera de los adultos y entonces pierden su libertad de elegir y pierden su libertad de ser?

Cecilia: Sí, probablemente sea así. Pero junto con esta fragilidad de los jóvenes, también los jóvenes son más valientes, si ustedes piensan en ustedes cuando eran más jóvenes, bueno, yo creo que éramos más valientes, me parece que en la juventud uno está más abierto al mundo, menos progegido, y un poco con los palos que a veces nos da la vida uno como que se preserva más. No concuerdo con lo que dices de que el joven Jerónimo se permite unas licencias, yo creo que él le pasa algo que a veces si nos pasa a las personas, y es que yo siendo mujer puedo sentirme atraída o deslumbrada por otra mujer, y al Jerónimo le pasa que desde que es muy jovencito tiene un amigo y dice qué lindo es éste amigo y se siente un poco perturbado por eso y más tarde se encuentra con una vieja amiga y descubre una felicidad insospechada con esta mujer, pero dice talvez yo debí haber pasado por todo esto y soy él, este hombre que tuvo estas historias y que tuvo unos devaneos y yo soy el que soy gracias a esto que me pasó en la vida, entonces no es como que él se tomó unas licencias sino que vivió en su momento lo que la vida le puso en el camino.

Silvia: yo estoy de acuerdo con Cecilia y una de las cosas que me encanta del personaje es como, con cero dilema, su sexualidad transita a lo largo de toda la novela, como cuendo tú te vas de paseo y empiezas por el supermercado y después te vas a la heladería y terminas en el cine. Y me parece que lo describes de una manera que a mí me dice ‘eso es una respuesta’, porque vivimos en una sociedad tan homofóbica, donde es tan difícil entender que la sexualidad humana es compleja, es diversa, no está escrita en piedra, aquí se lo explora de una manera que no tiene ningún tipo de estridencia.

Cecilia: como profesora yo veía la gama de jóvenes, de chicas, como mientras más sin culpa y con más amor y protección puedan vivir estas experiencias es mejor y más sano para ellas, son personas más libres y más seguras. Esto que dice Silvia que pasa sin estridencias es lo que yo quería y no como una consigna política o ideológica, a mí me parece que a los seres humanos nos ocurren eventos y cosas en la vida que si son vividos con honestidad, con amor, con una intención positiva, humanista, son parte de nuestro bagaje, de nuestra riqueza también. En la portada de mi novela «Tony» que publiqué en el 2010, quien hizo la portada hizo a un muchacho que está tapándose la boca y ahora me llama la atención como el ilustrador en este libro «El Día de la Gratitud» pone a Jerónimo con un parche en la boca, talvez porque a mi siempre me ha inquietado la necesidad de la libertad de expresión que yo creo que es absolutamente esencial, no es una, ni dos, ni tres, ni cuatro, es total, es un derecho fundamental. irrenunciable y a mí el tema del poder siempre me ha interesado, siempre me parece que es algo que lo atraviesa todo, hay una frase atribuida a Lenin que dice «todo es ilusión excepto el poder», yo creo que poder es el gran tema de nuestro tiempo y Jerónimo es un rebelde hasta que un momento tiene que renunciar y echarse para atrás, yo diría que es un pesonaje trágico, que es un hombre que teme que no va a sobrevivir.

(F)

María Rosa Jurado

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