El presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, en su primer viaje al exterior tras asumir el poder en mayo pasado, decidió no confiar su cargo al vicepresidente Jorge Glas, e irá al seno de Naciones Unidas a pedir ayuda para la lucha anticorrupción en su país.
Moreno viaja este lunes a Nueva York y permanecerá allí hasta el domingo, pero llevará su cargo y funciones, pues evitó encargar la Presidencia a Glas, agobiado por denuncias de corrupción que niega y de las que se defiende casi en solitario.
La Constitución ecuatoriana, en el artículo 146, dice que «en caso de ausencia temporal en la Presidencia de la República, lo reemplazará quien ejerza la Vicepresidencia».
Pero el mismo artículo define como ausencia temporal del Presidente aquellos casos en los que se produzca una «enfermedad u otra circunstancia de fuerza mayor» que le impidan ejercer el cargo.
Este no es el caso, según recordó su canciller, María Fernanda Espinosa, quien acompañará a Moreno en su participación en el 72 periodo de sesiones de la Asamblea General de Naciones Unidas.
«El Presidente representará a Ecuador en calidad de jefe de Estado en Naciones Unidas, por lo tanto sigue siendo el Presidente, no requiere encargar a nadie su función debido a que él va a seguir siendo Presidente, cumpliendo una función de representación muy importante», explicó recientemente la canciller.
La posibilidad de empacar el poder no es nueva, pues de ello echo mano el expresidente Rafael Correa (2007-2017), antecesor y correligionario de Moreno, pero quien también mantiene un fuerte pulso verbal y político con el actual mandatario.
— Lenín Moreno (@Lenin) 18 de septiembre de 2017
Justamente, el último round entre ambos se dio estos días, luego que Moreno anunciara que encontró una cámara de vídeo activa en el despacho presidencial que, según le han informado, había sido puesta por orden de Correa hace unos siete u ocho años.
Moreno dijo que, al menos, hubo una «falta de delicadeza» de su antecesor al no haberle informado sobre la existencia del dispositivo escondido en su oficina y que, según sospecha, el propio Correa monitoreaba desde su teléfono celular.
El predecesor, que actualmente reside con su familia en Bruselas, reaccionó de inmediato, tildó a Moreno de «ridículo» y le conminó a que pruebe tal conjetura.
«¡Cámara oculta manejada desde mi celular! Si el presidente Moreno prueba aquello, que me vaya a la cárcel. Si no, que renuncie a la Presidencia, ni siquiera por malo, sino por ridículo. ¡Qué vergüenza!», escribió Correa en Twitter.
La Fiscalía se tomará diez días en elaborar un informe, según el agente del Ministerio Público Fabián Salazar quien, tras inspeccionar el despacho presidencial, aseguró que se investiga si se ha cometido «una infracción por el delito de espionaje».
Moreno y Correa, ambos líderes del resquebrajado movimiento oficialista Alianza País (AP), han profundizado sus diferencias desatadas casi inmediatamente después de que el primero tomara la posta en el poder dejada por el segundo, mientras que Glas, a la sazón vicepresidente de ambos, ha mostrado su afinidad correista.
Por ello, el Vicepresidente, resignado, no dio mayor importancia ante el hecho de que Moreno no le haya encargado el poder durante la ausencia, y ha aceptado de que ya no es parte de este Gobierno desde que el Presidente le suspendiera sus funciones.
El pasado 3 de agosto y tras reaccionar molesto a una carta de crítica a su gestión, Moreno decidió retirar todas las funciones asignadas a Glas que, formalmente, sigue siendo Vicepresidente constitucional del país.
Moreno, con su decisión, dejó en claro que es él quien lleva ahora las riendas y que por ello no le encarga el poder al Vicepresidente.
El mandatario acudirá a la Asamblea de la ONU con una corta comitiva integrada por la canciller Espinosa, el ministro de Comercio Exterior, Pablo Campana; y el secretario nacional de Comunicación, Alex Mora.
Moreno también llevará a Nueva York a su esposa, Rocío González, quien preside el Comité Interinstitucional del Plan «Toda una vida», un programa gubernamental que busca crear una sociedad de bienestar, luchar contra la pobreza extrema, asistir a grupos vulnerables, construir viviendas y generar empleo.
Glas, de su lado, está abocado a defenderse de las acusaciones que arrecian en su contra, sobre todo tras su vinculación en una indagación fiscal sobre la trama de sobornos de la constructora brasileña Odebrecht. EFE