Porque en cada intervención del expresidente señalaba y sigue señalando, con toda la razón, que todo cambió en el Ecuador desde que llegó al poder la llamada Revolución Ciudadana con el emblema del Socialista del siglo XXI, encabezado por un verdadero estadista que nos gobernó con la Carta Democrática en la mano.
La oscura noche neoliberal quedó atrás en los 10 años de la revolución ciudadana, no hubo un sólo colaborador en el gobierno de Correa que haya participado en los gobiernos de la corrupta partidocracia; la corrupción era castigada con severidad, por lo tanto la partidocracia quedó fosilizada; los insultos, la descalificación al adversario, el canibalismo político nunca se practicó. La Constitución y las leyes se respetaron, se impartió justicia siguiendo el debido proceso, ningún juez fue presionado en contra de ningún adversario, Correa jamás metió la mano en la justicia; el Congreso, cambiado de nombre, Asamblea suena más democrático, funcionó respetando las minorías y jamás se apartó de la norma Constitucional, cumplió a cabalidad con sus dos obligaciones fundamentales: legislar, lo hizo con conocimiento y sabiduría y nos entregaron las mejores leyes en beneficio de todos los ecuatorianos; se fiscalizó con firmeza “caiga quien caiga” fue la consigna de la revolución, los juicios políticos fueron permanentes, con más rigor con las autoridades corruptas que le traicionaron a la revolución. La Asamblea coadyuvó a que el gobierno de Correa sea considerado el más honrado del mundo, jamás hubo un ápice de corrupción, en eso hay que reconocer que Correa, la Asamblea y los jueces fueron implacables. Ahora tenemos dos refinerías trabajando a full, la de Esmeraldas luego de las reparaciones que se hicieron, los costos de dichas reparaciones fueron los adecuados gracias al control permanente de nuestro gran Contralor que desgraciadamente renunció y goza de merecidas vacaciones en Miami; qué decir de la refinería del Aromo, ya no importamos derivados de petróleo, eso hay que agradecerle por el desinteresado y oportuno financiamiento del siempre recordado Coronel Hugo Chávez, Presidente Eterno de la patria grande.
En el tema militar se respetaron sus leyes y reglamentos; no se apeló a las triquiñuelas de antaño, ni a las piruetas jurídicas y se nombró al alto mando con estricto apego a las leyes y reglamentos que rigen la vida de los uniformados, nada de compadrazgo ni amiguismos; aC. (Antes de Correa) no hubo ningún triunfo militar, jamás se defendió la soberanía (especialmente para el exministro de Defensa, Javier Ponce); dC. la seguridad y la defensa nacional estuvieron y siguen en las mejores manos, los Ministros de Defensa, uno mejor que otro, conocedores profundos del tema militar. Tenemos los mejores radares del mundo (no pasó una sola avioneta de narcotraficantes); los ascensos, especialmente de generales y almirantes, se hicieron en estricto respeto a las leyes y reglamentos militares, haber sido jefe de la seguridad presidencial y “amigo” del presidente, jamás se consideró como punto de mérito para los ascensos; nunca se ofendió o descalificó a militares en activo o pasivo que criticaban injustamente al gobierno; los subalternos pudieron discutir con libertad los asuntos institucionales con el Presidente o con el Ministro de Defensa, sin miedo a represalias, eso fue inédito en las filas militares. Se fortaleció como nunca la capacidad operativa de las Fuerzas Armadas; por ejemplo, se dotó al Ejército con el mejor fusil del mundo (AK-47, versión china), que decir de los aviones Mirage que regaló Chávez, los excelentes helicópteros Drhuv, para ser justos, con Correa estuvimos mejor que antes de la Guerra del Cenepa.
En la seguridad social militar y policial se respetó el mandato constitucional del régimen especial y está fortalecida gracias a una ley consensuada y aprobada por todos los miembros de las Fuerzas Armadas, en activo y pasivo y adecuadamente aprobada por la Asamblea, gracias a la generosidad del gobierno de Correa y el empeño leal del entonces Ministro Patiño (de grata recordación).
La prensa gozó de todas las libertades, bajo una ley de comunicación; de acuerdo a las opiniones, especialmente de la SIP, es un referente para el mundo; lo mismo, los periodistas tuvieron la libertad de escribir sus opiniones y críticas al gobierno sin que haya ninguna retaliación, no hubo, ni hay medios del gobierno si no públicos que siempre dijeron la verdad y sólo la verdad; la propaganda gubernamental fue mínima, casi no se hizo sentir; las cadenas nacionales eran raras y sólo servían para informar de las actividades de mayor trascendencia.
Todo lo señalado, como puede palpar la ciudadanía, es inédito, por eso los historiadores están obligados a escribir las crónicas señalando: aC. y dC. (Antes de Correa y después de Correa).