Puigdemont declara la independencia de Cataluña y la suspende para dialogar

El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont (d) y el vicepresidente, Oriol Junqueras, salen de la reunión de JXSí, antes de comparecer ante el pleno del Parlament para trasladar los resultados de la jornada del 1-O EFE/Quique García

El presidente de Cataluña, Carles Puigdemont, declaró hoy la independencia de esta región española tras el referéndum del 1 de octubre, aunque suspendió sus efectos para abrir un proceso de diálogo.

«Asumo el mandato del pueblo de Cataluña para que sea un Estado independiente», dijo Puigdemont en un discurso en el Parlamento regional en el que alternó el catalán y el español, y en el que aseguró que las urnas, el 1 de octubre, dieron un mandato que él está «dispuesto a transitar».

Propuso dejar en suspenso la declaración de independencia durante varias semanas para iniciar un diálogo y emplazó al Gobierno español a aceptar una mediación.

Según el líder catalán, su Ejecutivo celebrará una sesión ordinaria para declarar la independencia e iniciar un proceso constituyente.

Afirmó en español que no tiene nada contra España, pero apuntó que la relación es «insostenible», después de años de lo que consideró agravios por parte de las autoridades españolas.

Recordó que durante mucho tiempo ha reclamado un referéndum acordado como el celebrado en Escocia pero se ha encontrado con «una negativa radical y absoluta» del Gobierno español.

Entre los agravios mencionó lo que considera «menosprecio» a la lengua y la cultura catalanas, la falta de inversiones y la decisión del Tribunal Constitucional en 2010 de recortar el Estatut (norma básica en Cataluña) que había sido aprobado en consulta popular unos años antes.

Puigdemont aseguró también que Cataluña «es un asunto europeo» y se comprometió a «desescalar la tensión» generada por ese referéndum.

Con una hora de retraso respecto al horario previsto, por reuniones de última hora con sus aliados secesionistas, Puigdemont está hablando para exponer su punto de vista sobre Cataluña tras esa consulta en la que – dijo – más de 2,2 millones de personas votaron «contra el miedo» generado por la actuación policial.

No obstante, el líder catalán se comprometió a «desescalar la tensión» generada por ese referéndum y agregó que Cataluña es «un mismo pueblo», en el que cabe los que piensan de modo diferente.

Regían estrictas medidas de seguridad en Barcelona y la policía acordonó un parque en torno al edificio del legislativo donde hablará el presidente de la región, Carles Puigdemont.

El discurso, previsto inicialmente para las 6 de la tarde (1600 GMT), fue retrasado por una hora por pedido de Puigdemont, ya que un bloque parlamentario debía reunirse para discutir el pedido de la oposición de cancelar la sesión.

Una declaración de secesión plena _ni qué hablar de la proclamación de una nueva república catalana_ provocaría una dura respuesta de las autoridades centrales españolas, las que podrían tomar la medida sin precedentes de suspender la autonomía catalana y asumir algunos o todos los poderes en la región.

Puigdemont mismo podría acabar en la cárcel.

Unos 2,3 millones de catalanes _el 43% del electorado de la región en el noreste de España_ votaron en el referendo independentista del 1 de octubre, que el gobierno nacional considera ilegal. Las autoridades regionales dijeron que el 90% votó a favor de la independencia y declaró que los resultados eran válidos.

La votación fue alterada por la violencia al producirse choques entre la policía antimotines encargada de impedirla y los votantes, con un saldo de cientos de heridos.

Se ha comparado el enfrentamiento en España con una “colisión de trenes” que ha hundido al país en su crisis política más profunda desde la transición a la democracia después de la dictadura de Francisco Franco, hace cuatro décadas.

Más relacionadas