BOGOTÁ (AP) — El ex líder guerrillero Rodrigo Londoño llegó a ser uno de los hombres más buscados de Colombia. Ahora es contendiente a la presidencia.
El hombre canoso y de gafas mejor conocido por el alias de Timochenko lanzó su candidatura el sábado para dirigir al gobierno que antes combatió en la selva con un festivo arranque de campaña que incluyó gigantescos carteles, confeti e incluso una propaganda musical pegajosa.
“Me comprometo a encabezar ese gobierno de transición, que genere las condiciones para el nacimiento de una nueva Colombia. Un gobierno que representará por fin los intereses de los pobres”, dijo.
Rompiendo con el tradicional arranque de campaña desde un hotel de cinco estrellas en Bogotá, Timochenko inició su contienda por la presidencia desde uno de los vecindarios más pobres y más azotado por el crimen, en un claro gesto a la clase más desfavorecida con cuyos votos los ex combatientes esperan ganar. Cientos de personas se congregaron en el estacionamiento de un centro comunitario decorado con carteles que mostraban a un sonriente Timochenko de barba cuidadosamente recortada, con gruesas gafas y una impecable camisa azul.
«Timo presidente. Vamos por la gente», dice la nueva canción de su campaña que se escuchaba desde los altavoces.
La campaña es otro paso histórico para transformar a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia en un partido político luego de la firma de un acuerdo de paz en 2016 que puso fin a un conflicto de más de medio siglo. El otrora grupo rebelde más numeroso del país es ahora conocido como la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, con lo que mantiene el acrónimo FARC, y presenta una lista de ex guerrilleros como candidatos.
Pero aunque los ex combatientes hayan cambiado la vestimenta militar por camisetas blancas con la rosa roja emblemática del partido, existen recuerdos recientes de que el camino a la paz está lleno de riesgos.
Dos ex combatientes murieron a tiros recientemente mientras hacían campaña en el noroeste de Colombia para un candidato de las FARC al Congreso. De acuerdo con un reporte reciente del gobierno, un total de 45 ex miembros de las FARC o sus familiares han sido asesinados. Muchos temen que se repitan los acontecimientos de la década de 1980, cuando cientos de políticos de izquierda afiliados al partido Unión Patriótica (UP) murieron a manos de distintos grupos.
El mismo día del inicio de la campaña de la FARC, al menos cinco policías murieron y otros 41 resultaron heridos cuando un explosivo de fabricación casera estalló afuera de una estación de policía en la ciudad de Barranquilla. Otro estallido a primeras horas del domingo cerca de una comisaría en la misma región dejó siete personas heridas, dijo la policía. Dos policías más murieron el sábado también en un atentado explosivo, bastante en el sur, en una región donde otro grupo rebelde más pequeño es activo.
Aunque la policía dijo que el atentado en Barranquilla posiblemente fue perpetrado por un grupo delictivo local, ponía de relieve las dificultades para la seguridad que persisten aun después de la firma de la paz.
«A partir de ahora va a ser una enorme prueba sobre si la apuesta de las FARC fue la correcta: Que pueden ejercer la política sin temor a morir», detalló Adam Isacson, un analista de la Oficina de Washington para Latinoamérica.
Al igual que Timochenko, otros candidatos son ex guerrilleros que han sido condenados en tribunales colombianos por sus papeles en masacres y secuestros y cuyos nuevos papeles como políticos han causado el enojo de muchos en Colombia. El Departamento de Estado norteamericano ha ofrecido una recompensa de cinco millones de dólares para quien ayude a lograr la captura de Timochenko, a quien acusan de orquestar el tráfico de cocaína de las FARC y «del asesinato de cientos de personas».
Los incipientes políticos aún deberán presentarse ante un tribunal de paz especial, pero en tanto que confesen plenamente sus crímenes es poco probable que cumplan una sentencia de prisión.
Creado en la década de 1960 e inspirado por principios marxistas, los ex combatientes prometieron acabar con las arraigadas inequidades en Colombia, si bien sus propuestas iniciales no han sido tan radicales como muchos conservadores del país advertían. En reuniones comunitarias y anuncios durante el periodo previo al arranque de sus campañas, los candidatos han hablado sobre la creación de un tren subterráneo en Bogotá y un ingreso mensual base, una idea que actualmente es debatida por toda Europa.
“No son propuestas de un modelo socialista, soviético o chavista”, aseguró Iván Cepeda, un conducto confiable tanto para las FARC como para el gobierno, en referencia al modelo socialista venezolano promovido por el fallecido Hugo Chávez.
La líder y candidata de FARC Griselda Lobo, alias Sandra Ramírez, describió la ideología del partido como una basada en «los principios de unidad, de solidaridad, de hermandad, de honestidad», en lugar de asociarlos a una filosofía política en particular.
«Eso nos ha caracterizado como guerrilleros y es lo que queremos llevar a la sociedad», agregó.
Los ex combatientes tienen asegurados 10 escaños en el Congreso como una de las condiciones del acuerdo de paz, pero podrían obtener más dependiendo de la cantidad de votos que reciban. Si bien la candidatura presidencial de Timochenko es considerada por muchos improbable de tener éxito, el ex guerrillero ingresa a la política en un momento en que las encuestas muestran que los colombianos están frustrados por la corrupción y dieron a los partidos políticos más establecidos pésimos ratings de aprobación.
«Ese gremio… de ladrones… hay que quitarlos», dijo un hombre a un contingente de partidarios de FARC que recientemente hacía proselitismo en un barrio pobre de Bogotá.
La llegada de las FARC a la política hasta ahora ha sido emblemática de los desafíos que Colombia aún enfrenta en la implementación del acuerdo de paz. Una de las mayores preocupaciones ha sido la seguridad, con un estimado de 10.000 regresando a la vida civil. Algunos vuelven con familias y comunidades que desprecian a las FARC. Muchos colombianos se muestran reacios a rápidamente darle vuelta a la página a un conflicto que dejó al menos 250.000 muertos, otros 60.000 desaparecidos y más de siete millones de desplazados.
El legislador Edward Rodríguez dijo que el partido político fundado por el expresidente y detractor del acuerdo de paz, Álvaro Uribe, presentará una queja ante la Corte Penal Internacional en un intento para frenar la candidatura de Timochenko.
Es una afrenta para los colombianos, afirmó Rodríguez durante una pequeña protesta en el distrito histórico de Bogotá, donde los manifestantes sostenían carteles en los que se recordaba a los transeúntes los delitos cometidos por las FARC.
Las FARC atrajeron en su arranque de campaña a jubilados, amas de casa y trabajadores de la construcción que viven en Ciudad Bolívar. Sin embargo, estas personas dijeron que a pesar del legado de las FARC como un grupo rebelde violento tenían curiosidad por escuchar sus propuestas.
«Son seres humanos y todo ser humano comete errores. Hoy en día están reflexionando y me parece magnifico que el pueblo los escuche», dijo Marco Tulio, un ex trabajador del ferrocarril de 65 años.
Por CHRISTINE ARMARIO, Associated Press