Nueva York, 9 feb (EFE).- La sensualidad imperó hoy en los diseños que se presentaron en la Semana de la Moda de Nueva York, pero mientras que Jason Wu los puso a desfilar entre exuberantes columnas de flores, BCBG Max Azria los exhibió ante los teléfonos móviles de decenas de «influencers».
El modisto taiwanés que vistió con frecuencia a Michelle Obama propuso una colección otoñal que destacó por las sedas plisadas y arrugadas, los drapeados y las aperturas confeccionadas para abrazar las formas femeninas, con detalles de pedrería y transparencias.
Wu eligió una paleta de colores con los neutros como básicos, especialmente el negro y el béis, que tintaron conjuntos enteros, pero también jugó con el verde aceituna, el azul tinta, el blanco roto, el burgundy o los estampados de cuadros.
Entre las caras del momento estuvo la de la modelo Bella Hadid, que lució un chaquetón azul de líneas rectas y con bolsillos frontales a la altura de la cadera, salpicado de piedras brillantes.
Destacaron un par de conjuntos compuestos por una sobria chaqueta americana con la cintura marcada que contrastaba con una falda transparente a la altura de la rodilla, también espolvoreada con pedrería.
Otra de las casas más esperadas del viernes, Tory Burch, hizo brillar con elegancia su estilo bohemio, en el que llamaron la atención los vestidos blancos y románticos, o los de flores y rayas, que abrigó con suéteres, chaquetones de pelo o cazadoras.
Burch configuró para su pasarela un paisaje natural cubierto de hierba y flores al que acudieron las actrices Julianne Moore y Sienna Miller, en la misma línea que Wu o que Ulla Johnson, que el jueves colgó delicadas ramas en los estudios Spring para el desfile con el que celebraba su 20 aniversario.
Por su parte, BCBG Max Azria, una de las niñas bonitas de la NYFW que acostumbraba a abrir la cita y en 2017 atravesó dificultades financieras, regresó hoy a primera hora sin contar entre sus filas con la familia Azria, que llevaba 30 años encabezando la firma.
Bernd Kroeber, erigido director creativo tras nueve años en la casa de moda, y con Donna Karan o Elie Tahari en su currículo, presentó la colección «Rough Glamour», donde fusionó las raíces modernas y románticas de la marca.
El formato de presentación, similar al de la pasada primavera pero más multitudinario, reflejó el interés de la firma por crecer en el mundo digital: las modelos ejercieron de maniquíes ante decenas de «influencers» que desfilaban a su alrededor captando cada detalle para sus audiencias.
El estilo pijama predominó en los atuendos informales, mientras que para un «look» más elevado, la firma optó por vestidos lenceros en blanco acompañados de una parka, una chaqueta metalizada, o una cazadora motera en el caso de un delicado vestido negro de volantes.
Entre los diseños de noche, destacó un vestido rojo con lazada a la cintura y una sinuosa caída con volantes hasta los pies, mientras que las gasas semitransparentes en colores nocturnos dominaron en los demás, adornados con pedrería o motivos dorados.
El grupo BCBG Max Azria se declaró en bancarrota a principios del año pasado y cuando la multitud de firmas que abarcaba -entre ellas Hervé Leger o Manoukian- se hizo con nuevos dueños, en verano, ya había tenido que cerrar 120 tiendas.
Desfiló también por la mañana la emergente Hellessy, que apostó por vivos tonos joya en verde, amarillo, rojo y rosa para vestidos y ocasiones especiales, y por tejidos vaqueros y estampados para un estilo más casual, con pantalones sueltos o «tops» de flores. EFE