El cine «Pioner» de Moscú, que proyectó en enero la comedia británica «La muerte de Stalin» pese a que había sido prohibida por el Gobierno ruso, ha sido multado por poner en sus pantallas otra película sobre el dictador soviético, la francesa «El diván de Stalin».
La sala de cine deberá pagar una multa de 80.000 rublos (unos 1.400 dólares) tras una demanda del Ministerio de Cultura, que denunció al «Pioner» por proyectar el filme francés sin haber obtenido la licencia correspondiente.
El cine, especializado en filmes extranjeros en versión original, anunció que recurrirá la multa ya que la película fue proyectada una sola vez en el marco del festival internacional «Por fin en el cine« y la ley rusa establece que las cintas incluidas en los programas de festivales no necesitan licencia.
«El diván de Stalin», que se estrenó en noviembre de 2016 en el festival de Lisboa, está dirigida por Fanny Ardant y protagonizada por Gérard Depardieu, que interpreta el papel del dictador, y es una película menos conocida que no ha provocado polémica en Rusia, a diferencia de «La muerte de Stalin».
El filme, que no se ha estrenado en Rusia excepto en ese festival, se desarrolla en los últimos años de la vida de Stalin y cuenta la historia de una relación amorosa entre el dirigente soviético y una mujer de mediana edad, que también se enamora de un joven escultor que llega a la «dacha» del dictador para hacerle una escultura.
«La muerte de Stalin», prohibida por el Ministerio de Cultura con el argumento de que ofende la memoria de los soviéticos caídos en la Segunda Guerra Mundial, se estrenó el 25 de enero y con la sala repleta de espectadores en el «Pioner», que se saltó la orden del Gobierno.
La película británica, que cuenta en clave de humor negro las intrigas políticas en el Kremlin después de la repentina muerte del dictador, ha sido criticada por personalidades oficialistas de la cultura rusa por burlarse de los dirigentes y símbolos soviéticos.
La imagen de Stalin, quien dirigió con mano de hierro la URSS durante más de un cuarto de siglo, ha mejorado en los últimos años y cada vez son menos los rusos que le consideran un dictador sanguinario culpable de la represión de millones de personas. EFE