Incluso entonces era una idea cuestionable. Un spin-off no despierta el mismo entusiasmo que una historia original y, fuera de eso, cualquier actor que consigan para el papel principal tendría que competir con Harrison Ford, lo cual simplemente no es justo.
Disney tenía entonces un problema que resolver. ¿Cómo hacemos que las audiencias del siglo XXI se emocionen por una película basada en un personaje secundario de una película de los 70? ¿Qué hicieron? Aprovecharon todo el dinero que tienen para conseguir a los mejores nombres posibles. Primero se aseguraron de complacer a los fans de las películas viejas contratando a Lawrence Kasdan (escritor de El imperio contraataca) y a John Williams (legendario compositor de la trilogía original) para que se encarguen del guion y la música respectivamente.
Luego llenaron el elenco de estrellas jóvenes y reconocibles como Emilia Clarke (de Game of Thrones) y Donald Glover (de Atlanta y ese video que se hizo viral hace unas semanas). También están ahí actores como Woody Harrelson y Paul Bettany, que no son exactamente jóvenes pero que han protagonizado películas muy lucrativas (The Hunger Games y Avengers: Age of Ultron). El único no famoso en el elenco es, curiosamente, Alden Ehrenreich, que tiene el papel principal del joven Han Solo. Pero incluso él tenía una carrera envidiable habiendo trabajado con directores como Francis Ford Coppola, Woody Allen y los hermanos Coen a la tierna edad de 26 años.
Pero lo más importante es el director, ¿no? ¿Y a quién consiguieron? A las únicas personas que podían darle credibilidad al proyecto: Phil Lord y Christopher Miller. Si no estás familiarizado con ellos, Lord y Miller se volvieron famosos creando excelentes (y muy financieramente exitosas) películas basadas en muy cuestionables conceptos. ¿Una adaptación de 21 Jump Street? ¡Eso no puede salir bien! Pero funcionó (ganó 200 millones de dólares). Lo mismo con The LEGO Movie, Cloudy With a Chance of Meatballs y 22 Jump Street. Todas ideas dudosas, todas películas brillantes. Entonces todo está resuelto. Si ellos hacen la película de Han Solo, todo va a salir bien. ¿Verdad?
No exactamente. La película, que llevaría el tonto nombre Solo: A Star Wars Story, tuvo una producción singularmente desastrosa. Había rumores de un set problemático. Los escritores decían no estar felices con cómo estaba saliendo la cinta y los chismes más inflamatorios sugerían una rivalidad entre el joven Ehrenreich y los dos directores. ¿Qué tan ciertas son estas historias? No tenemos idea. Lo que sabemos con certeza es que Lord y Miller fueron despedidos en 2017 por ‘diferencias creativas’. Aquí deberíamos señalar que la película… ¡estaría casi a punto de ser terminada! Se estima que más de un 70 % de la película había sido filmada para cuando se cambió de director. Todo era un desastre para la imagen del proyecto hasta que, en un momento de genio, Lucasfilm contrató a Ron Howard como reemplazo.
Howard tiene una larga trayectoria como director, estuvo detrás de películas aclamadas y tiene un nombre muy conocido. Esto ayudaría a devolverle un poco de buena fe a la cinta. También es importante recordar que este tipo de cosas, sustituir al director en medio del rodaje, no es nada fuera de lo común en el Hollywood actual. Pasó en Justice League, Ant-Man y más recientemente en Bohemian Rhapsody, el biopic de Freddie Mercury que probablemente no va a ser muy bueno.
Entonces, esa es la historia. Pero, ¿cuál es el veredicto? ¿Es la película buena? No lo sé. Yo definitivamente no la disfruté. Tiene un 70 % en Rotten Tomatoes si eso significa algo para ti. Lo importante es, ¿ganó dinero? Y la respuesta es, sorprendentemente, no.
Solo: A Star Wars Story ganó 83 millones de dólares en tres días. Es la película número uno en el mundo, pero está muy muy por debajo de los que Disney esperaba, especialmente de una película de Star Wars. Rogue One (el intento anterior de un spin-off) había ganado 155 millones en el mismo tiempo. Recordemos que el presupuesto de Solo fue de 250 millones, lo que significa que tendrá que ganar cerca de 500 para que Luscasfilm recupere su inversión. Y probablemente lo hará, pero definitivamente no quedará entre las películas más taquilleras del año, como lo hicieron sus tres antecesoras.
¿Aprenderá Disney de esto? No.