El periodismo es la mejor arma contra noticias falsas, según la UE y Brasil

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Brasilia.- El periodismo es la mejor arma frente a la difusión de noticias falsas, sobre todo en campañas electorales como las que afrontará Brasil, coincidieron hoy expertos del propio país y de la Unión Europea (UE) en un seminario sobre «fake news».

La conferencia fue organizada por el Tribunal Superior Electoral (TSE) y la delegación de la UE en Brasil, que en octubre próximo celebrará unos comicios que se perciben como los más inciertos de su historia, debido a una prolongada crisis causada por escándalos de corrupción que han afectado a casi todos los partidos políticos.

Ese escenario, según el presidente del TSE, Luiz Fux, es «terreno fértil» para la propagación de noticias falsas con la intención de «destruir una candidatura», lo cual alertó que será combatido por las autoridades electorales.

Fux explicó que el TSE ha alcanzado un acuerdo con los partidos políticos y con empresas de publicidad que trabajarán en la campaña para «impedir las ‘fake news'» y que negocia también con plataformas digitales, con el objeto de que se comprometan a «retirar todo contenido engañoso».

También dijo que el tribunal electoral trabaja con empresas de verificación de información y con organismos de inteligencia de la Policía Federal, a fin de darle amplias garantías al votante.

Fux fue enfático al afirmar que, aún en tiempos de revolución digital, «la fuente primaria sigue siendo la prensa profesional», por lo que afirmó que «contra las ‘fake news’, más prensa y mejor periodismo».

La procuradora general, Raquel Dodge, indicó que ese organismo coopera en esas iniciativas contra un fenómeno que «no es algo nuevo, pero que alcanza otra dimensión por la capacidad de difusión que tienen las herramientas digitales».

Al poder que las redes sociales le han dado a esas estrategias de desinformación aludió también el delegado de la UE en Brasil, João Gomes Cravinho, quien sostuvo que ello ocurre en un momento en que hay una «creciente polarización en casi todas las sociedades».

Según el diplomático portugués, muchas noticias falsas sembradas en internet «incitan al odio o propagan ideas que chocan con los valores democráticos», en un escenario en el que «a veces es difícil distinguir lo falso de lo verdadero» y en el que los Estados deben definir estrategias comunes, «pues la amenaza está en todas partes».

La coincidencia general fue que el mejor antídoto es un mejor periodismo y la reafirmó el francés Christophe Leclercq, fundador de la plataforma EURACTIV y miembro del Grupo de Alto Nivel sobre Fake News de la Comisión Europea.

Leclercq observó, sin embargo, que si bien «todos entendemos que las ‘fake news’ son un problema», también «muchos creen que la justicia no es quien decide qué es verdad», y señaló que el combate a la desinformación debe evitar llegar a la censura.

Según el experto galo, es necesario mejorar la «capacidad de identificar lo que es falso», tanto entre los lectores como entre los propios profesionales de la prensa y las plataformas digitales.

«Precisamos una nueva educación mediática», dijo, aunque admitió que su impacto «vendrá más tarde», por lo que recomendó que, en el corto y mediano plazo, haya un mejor «entrenamiento» que incluya tanto a los periodistas como a los propios «líderes» de los medios.

Según Leclercq, el «cuarto pilar» de la democracia que representa la prensa «está siendo perjudicado por un quinto pilar», encarnado por plataformas digitales y redes sociales, cuyos ámbitos aún no han sido debidamente regulados.

«Las redes sociales son como un adolescente que todavía tiene que probar su valor», que es «indudable», pero también son víctimas de quienes las utilizan para sembrar información falsa, sostuvo.

En ese sentido, consideró que los mejores aliados son las propias plataformas digitales y las diversas redes sociales, que al fin y al cabo «son empresas comerciales, movidas por anunciantes, y no desean verse asociadas a noticias falsas».

Leclercq subrayó que son «empresas capitalistas, muy sensibles», y que si «pierden la confianza del público pierden dinero», por lo que son proclives a alcanzar acuerdos, como algunos negociados en el marco de la UE, para sumarse al combate a las «fake news» y darle más transparencia y credibilidad a sus contenidos. EFE

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