Campeona ecuatoriana aspira lucir el oro en los JJOO

QUITO (ECUADOR), 05/08/2018.- Imagen fechada el pasado 2 de agosto de 2018, muestra a la ecuatoriana Neisi Dajomes, mientras entrena, en Quito (Ecuador). La ecuatoriana Neisi Dajomes, se ha consagrado a sus 20 años como triple campeona mundial juvenil en levantamiento de pesas y se prepara para la categoría absoluta con la aspiración de lucir oro en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Desenvuelta ante las cámaras y confiada de su talento, la deportista comenta que desde que empezó a practicar la halterofilia en su natal Shell, localidad de la amazonía ecuatoriana, su meta siempre ha sido ser medallista mundial. EFE/José Jácome

Quito (EFE).- La ecuatoriana Neisi Dajomes, se ha consagrado a sus 20 años como triple campeona mundial juvenil en levantamiento de pesas y se prepara para la categoría absoluta con la aspiración de lucir oro en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

Desenvuelta ante las cámaras y confiada de su talento, la deportista comenta que desde que empezó a practicar la halterofilia en su natal Shell, localidad de la amazonía ecuatoriana, su meta siempre ha sido ser medallista mundial.

«Desde el 2016 hasta este año 2018, son tres años consecutivos siendo campeona mundial juvenil», refiere a Efe al repasar unos logros que le dan la confianza necesaria para saltar a la nueva categoría.

En su última competencia del Campeonato Mundial Juvenil de Tashkent, en Uzbekistán, la ecuatoriana consiguió triple medalla de oro al levantar 115 kg en arranque y 140 kg en dos tiempos o envión, sumando un total de 255 kg.

«Me siento realizada porque he cumplido con todo lo que me he propuesto y realmente única porque he alcanzado marcas que en el país no existen», agrega la medallista.

Sus sueños empezaron cuando tenía once años y acompañaba a su hermano mayor a los entrenamientos con pesas; entonces, conoció la disciplina de la que posteriormente se enamoraría.

«Este deporte significa mi vida, puedo dar mucho aún, puedo expresar lo que soy, lo que siento», cuenta Dajomes.

En Shell empezó a entrenar con un grupo de 25 niños y tras despuntar su talento, a los pocos meses fue invitada a una competición nacional en Manabí, en la costa ecuatoriana.

«Esa competencia fue muy emocionante, mi primera vez en una plataforma, con los discos frente a la gente. Me gustó mucho que la gente me aplauda, que me dé ánimos», recuerda.

Ese fue el primer viaje que realizó fuera de su provincia natal y regresar con una medalla fue la clave para iniciar incansables entrenamientos para perfeccionar la técnica.

A pocos meses de terminar su faceta en competencias juveniles, reconoce que su camino será a partir de ahora más difícil en la categoría adulta, pero confía en que al tener una meta clara y la mente tranquila el proceso hacia los Juegos Olímpicos se dará solo.

Su última actuación en la categoría juvenil tendrá lugar el próximo septiembre en Colombia, y en noviembre participará en el Campeonato Mundial de Adultos clasificatorio a los Juegos Olímpicos.

Al ser su último año en juvenil, la pesista compitió en todas las pruebas que se le presentaron, como los Juegos Sudamericanos de Bolivia y el Campeonato Mundial Juvenil en Uzbekistán, además del Panamericano de Adultos en República Dominicana al que fue invitada, cosechando el oro en todos los podios.

Esta deportista entrena alrededor de 60 horas a la semana y asegura que los ocho años que lleva en la alta competición le han otorgado una disciplina inquebrantable que ahora intenta transmitir a sus cuatro hermanos menores que están empezando en halterofilia.

Paola, su hermana de doce, ya ha subido al podio al lograr oros en competencias internacionales, y sus dos hermanos menores también se han consagrado como campeones nacionales.

«El camino siempre va a ser difícil porque todo lo bueno nunca es fácil», cuenta Dajomes, pero se muestra convencida de que se debe luchar por los sueños sin importar lo inalcanzables que parezcan.

Recuerda que cuando empezó a sumar triunfos en la disciplina recibió fuertes críticas de sus allegados, pero asegura, con una sonrisa, que supo transformar la energía negativa en positiva.

«Para mí es un impulso que me digan, ‘no puedes’ o ‘te vas a lesionar’ es como si me dijeran: ¡Vamos Neisi tu puedes, levántate, sigue adelante!», afirma.

Gracias al deporte ha podido viajar y conocer diferentes culturas, pero también ayudar económicamente a su familia, pues a los doce recibió el primer incentivo económico por su desempeño: «Por mí ellos comían, tenían un techo», rememora nostálgica.

«Recibimos una ayuda del Ministerio (Secretaria del Deporte), es el incentivo que nos dan por las competencias y es con lo que ayudamos a nuestra familia», explica antes de señalar que con la dotación se compra vitaminas y el resto es para ayudar en su hogar.

Dajomes, que espera sumar victorias como medallista olímpica, tiene planeado iniciar sus estudios universitarios posteriormente, pues a pesar de que las pesas le han ayudado a crecer, está convencida de que así podrá ayudar mejor a sus hermanos. EFE (I)

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