Futuro de Julian Assange permanece incierto

Julian Assange extradition. File photo dated 05/02/16 of WikiLeaks founder Julian Assange speaking from the balcony of the Ecuadorian Embassy in London.

Quito (EFE).- El Gobierno ecuatoriano se anotó esta semana una importante victoria legal frente al caso del el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, cuyo futuro es aún incierto, aunque analistas consideran que la reciente posición de Quito podría marcar el inicio para una solución.

El pasado lunes, la Justicia de Ecuador rechazó la acción de protección constitucional solicitada por Assange para que no se le aplique un protocolo con una serie de condiciones en materia de higiene (incluida la de su gato), visitas y comunicaciones.

Una victoria «momentánea», dice a Efe Carlos Poveda, defensor de Assange en Ecuador, pues espera aún respuesta a su solicitud de apelación y no descarta instancias internacionales si su petición no prospera en Ecuador.

Pero antes que hablar de ganadores o perdedores, el analista internacional y abogado Esteban Santos López sostiene que el tema de fondo radica en que la solución está ahora «en manos del asilado» una vez que Quito le ha dado dos opciones: acatar el protocolo o entregarse a la justicia británica con ciertas garantías.

Garantías que se mencionan en una carta entregada por el Estado ecuatoriano en agosto al fundador de WikiLeaks y a su defensor internacional, Baltasar Garzón y leída esta semana en Quito por el procurador general de Ecuador, Iñigo Salvador.

«El 7 de marzo de 2018 el secretario de Estado Boris Johnson declara que Gran Bretaña no extraditará al señor Assange a un tercer país donde se le puede sentenciar con la pena de muerte», leyó Salvador en un encuentro con corresponsales extranjeros.

Poveda no se conforma con esa versión y pide que se «exhiba el documento del Reino Unido».

Pero, a tenor de la lectura de Salvador, Santos -máster en resolución de controversias por la Universidad de Ginebra- cree que «lo importante es que estos fantasmas de la extradición a Estados Unidos, que era lo que empezó todo esto, ya se disipó», así como la posibilidad de enfrentar a la justicia sueca.

Assange era requerido desde 2010 por las autoridades suecas debido a las acusaciones de dos mujeres por violación, que él niega, pero Suecia archivó la causa al no poder avanzar en la investigación.

«En este momento lo único que le queda es enfrentar a la justicia británica por no haber seguido la orden judicial de presentarse ante la autoridad competente», dice a Efe Santos, para quien Ecuador ha «terminado de poner los puntos sobre las íes» al australiano con su advertencia de que «no permitirá» que falte a la verdad.

Ello luego de que Assange considerara en una videoconferencia en la audiencia del pasado lunes que Estados Unidos y Gran Bretaña presionan presuntamente a Ecuador para que finalice su asilo en la Embajada en Londres, donde se encuentra desde 2012.

En la búsqueda de una salida al caso Assange, se ha mencionado la eventualidad de un arbitraje internacional.

«La ventaja que tiene someter el tema a un tribunal internacional es que las partes están obligadas a cumplirlo. Y si el Estado ecuatoriano llegara a perder ese caso y los árbitros internacionales le llegaran a imponer la obligación de entregar al señor Assange, esa obligación ya no sería una infracción del derecho internacional como sí lo sería ahora», comentó Salvador.

Una salida que para Santos es «muy interesante», y que sin estar aún clara su concreción, «denota una madurez en el cambio de los voceros que representan a Ecuador» en un tema, que para él ha entrado en el «momento de empezar a trazar la cancha para la terminación».

Poveda opina que los arbitrajes internacionales son más comunes en temas comerciales, pero cree que de llegar a cuajar esa posibilidad, debería darse entre los Estados.

Defiende por ello la necesidad de conversaciones entre el Estado ecuatoriano y el equipo legal de Assange por lo que insta a «reanudar los diálogos» pues «no es posible que desde junio no exista un diálogo fluido», apunta.

Mientras, el letrado ve aún lejana la posibilidad de una solución al caso de Assange, quien sigue bajo asilo por temor a que sea arrestado por las autoridades británicas y deportado a EE.UU., donde presume que podría ser juzgado por la publicación de documentos militares y diplomáticos de carácter confidencial. EFE (I)

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