El presidente estadounidense, Donald Trump, perdió hoy una batalla contra la cadena de televisión CNN al verse obligado a devolverle la acreditación a un periodista de ese canal, pero advirtió de que la Casa Blanca desarrollará nuevas «reglas» para garantizar el «decoro» en las conferencias de prensa.
Un juez federal ordenó hoy a la Casa Blanca que devolviera temporalmente su credencial a Jim Acosta, el corresponsal jefe de la CNN ante el Despacho Oval, mientras se resuelve el caso que enfrenta al Gobierno y a la cadena, un litigio que podría durar meses.
«En respuesta a (lo decidido en) la corte, restauraremos temporalmente el pase permanente del reportero«, anunció la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders, en un comunicado.
Poco después, Acosta volvía a entrar en el perímetro de la Casa Blanca, al que no había podido acceder desde el día 7, cuando el Servicio Secreto le retiró la credencial después de un tenso intercambio con Trump en una conferencia de prensa.
«Estoy muy agradecido por lo que ha pasado hoy, y muy agradecido a mis colegas en la prensa. Esto ha sido una prueba, y creo que hemos superado esa prueba«, afirmó Acosta al llegar a la residencia presidencial.
Numerosos medios de comunicación, entre ellos la cadena favorita de Trump, Fox News, habían respaldado a la CNN en su demanda, preocupados por el impacto en la libertad de prensa de un gesto –la retirada de una acreditación permanente ante la Casa Blanca– que no tenía precedentes al menos en la historia reciente de EE.UU.
Pero la Casa Blanca no quiso dar por cerrada su batalla con los periodistas beligerantes como Acosta, y Sanders anunció que la oficina de Trump desarrollará «más reglas y procesos para asegurar que las conferencias de prensa sean justas y ordenadas en el futuro».
«Tiene que haber decoro en la Casa Blanca«, sentenció Sanders.
Trump insistió poco después en que los periodistas tienen que «actuar con respeto» en las ruedas de prensa, y no pueden «levantarse y no volver a sentarse» una vez que se les concede el turno de pregunta.
«La gente tiene que comportarse, y estamos redactando reglas y normas para dejar clara nuestra postura (…). Y si (los periodistas) no cumplen las reglas y normas, acabaremos de nuevo en los tribunales, y ganaremos», dijo Trump en declaraciones a los periodistas en el Despacho Oval.
Añadió que ha aclarado a los miembros de su Gobierno que «si no les tratan adecuadamente» en una conferencia de prensa, «tienen el derecho de irse en cualquier momento que quieran«.
En una entrevista con la cadena Fox News, Trump lanzó además una advertencia a Acosta: «Si no se porta bien, le echaremos de las conferencia de prensa o las pararemos«.
La Casa Blanca justificó la retirada de la acreditación a Acosta por su reticencia a ceder el micrófono después de hacer una pregunta a Trump durante una conferencia de prensa la semana pasada, lo que llevó al presidente a decirle que era «una persona terrible».
Trump y Sanders se habían encarado ya múltiples veces con Acosta, cuyo estilo beligerante y afán de protagonismo le han convertido en un blanco perfecto para la Casa Blanca, que califica de «noticias falsas» a la CNN y a otros medios críticos con el presidente.
La cadena CNN demandó esta semana a Trump y a otros funcionarios de la Casa Blanca por la retirada de la acreditación, y argumentó que esa medida violaba los derechos constitucionales de Acosta recogidos en la Primera Enmienda, que garantiza la libertad de expresión, y en la Quinta, relativa al debido proceso.
El juez encargado del caso, Timothy Kelly, determinó hoy que se violó ese derecho al debido proceso garantizado en la Quinta Enmienda, pero no se pronunció sobre el de la Primera Enmienda, algo que la Casa Blanca consideró como una victoria parcial.
Kelly, que fue nominado por Trump para su cargo, aseguró que el proceso para revocar la acreditación a Acosta estuvo «tan rodeado de misterio» que el Gobierno «no supo» decirle «quién tomó la decisión», lo que interfiere con el «debido proceso» del periodista.
El magistrado dijo que para revocar una acreditación debe darse previo aviso y oportunidad de remedio al reportero afectado, según el precedente establecido en 1977, cuando los tribunales resolvieron después de varios años un caso en el que dieron la razón a un periodista, Robert Sherrill, al que el presidente Lyndon Johnson (1963-1969) había negado una acreditación de prensa. EFE