El cantante estadounidense Romeo Santos puso hoy a bailar a las miles de personas que asistieron a su penúltimo concierto en Santiago con una «Sobredosis» de bachata, título de uno de sus últimos éxitos, en la primera parada de su gira «Golden» por Latinoamérica.
«Sobredosis» (2018) fue precisamente el último tema que eligió «el Rey de la Bachata», como es conocido Santos, para cerrar a lo grande la tercera de las cuatro entregas previstas en la capital chilena.
Una canción que, como otras lo han sido anteriormente en su carrera musical, casi se han convertido en un himno del estilo musical que desató la locura en el Movistar Arena de Santiago.
Pero antes de llegar a este éxito, que originalmente canta junto al puertorriqueño Ozuna, pero que hoy interpretó en solitario, Romeo Santos ofreció un show de aproximadamente dos horas con más de una treintena de canciones que deleitó al abarrotado pabellón.
Un espectáculo que contó con once músicos sobre el escenario en todo momento y en el que «el Rey de la Bachata» apareció con unas gafas con cristales rojos y amarrado a un micrófono dorado.
Los dos primeros temas calentaron el ambiente de un público que comenzó sentado pero que con su más novedoso tema «Centavito», del álbum «Golden» (2018) se puso en pie y ya no se volvió a sentar, y que por momentos opacó la voz del estadounidense al cantar al unísono.
A esa canción le siguió «Por un segundo» (2009), «Eres mía» (2014), «Necio» (2014) y «La diabla» (2011), un tema que calentó el ambiente y que en su versión original contó con la participación de la guitarra del artista flamenco José Fernández Torres «Tomatito».
Con el ambiente más caldeado y el público en pie, Romeo Santos introdujo en el espectáculo uno de sus clásicos, «Llévame contigo» (2011), para dar paso a una de las canciones de éxito del 2017 «Imitadora» (2017) y volver a potenciar los bailes con «Ibiza» (2018), un tema de Ozuna en el que colabora Romeo Santos.
Y de ahí llegó uno de los mejores momentos del concierto, que incluso impresionó al propio cantante, cuando llamó a dos chicos para participar con él en la interpretación de «Bella y sensual» (2017), un éxito del año pasado que interpreta junto al puertorriqueño Daddy Yankee y el estadounidense Nikky Jam.
Ambos chicos, quienes cantaron la parte de la canción correspondiente a los otros dos artistas, dejaron sorprendido a Romeo Santos por la buena interpretación que hicieron junto a él y se llevaron la ovación del público.
De ahí, puso a todos con los brazos en alto y les pidió hacer con las manos el símbolo del corazón y corear en medio de una lluvia de pequeños corazones rojos de confeti el tema «Mi coranzocito» (2011), más relajado que la tónica general de la noche.
Tras una pausa en la que aprovechó para cambiarse de ropa y aparecer con una camisa y unos pantalones vaqueros, Romeo Santos recuperó la dinámica con «Héroe favorito» (2017) y la ya antigua «Yo quisiera amarla» (2009), para volver a hacer temblar el suelo con los bailes de bachata al ritmo de «Odio» (2014), .
De ahí se fue tras dos temas más a la que puede ser su canción más conocida, «Propuesta indecente» de su álbum Fórmula, Vol.2 (2014), disco platino con 40.000 copias vendidas y acreditado por Productores de Música de España (Promusicae), y número uno en las listas de Estados Unidos, México y Venezuela.
Minutos después subió a una chica al escenario para dedicarle la canción «Solo por un beso» (2005), y de ahí ya fue in crescendo con «El farsante» (2017) y desató la locura de seguido con un tema clásico de su repertorio del año 2006 y de gran éxito en América Latina y España: «Noche de sexo».
Al término de ese histórico tema de la música latina el lugar quedó oscuro y Romeo Santos fuera de la vista del público, que lo volvió a ver aparecer en mitad de la pista, entre el público, en donde pidió a sus fans que le indicaran temas que aún no había cantado para interpretarlos a capella.
De vuelta en el escenario y tras pedir al público que iluminara la sala con sus celulares, deleitó con la canción que le hizo famoso en el 2002 y ya un himno de su discografía que generó la histeria entre el gentío.
«Obsesión» (2002) es una canción que puede haber sonado en casi todas las salas de baile del mundo desde su lanzamiento a comienzos de siglo y que hoy, más de 15 años después, ha sido aclamada en Santiago como si se tratara de la primera vez que Romeo Santos la interpreta.
Un acción que se ha repetido y seguirá repitiéndose en el resto de conciertos de esta gira por el continente, y que solo en la capital chilena ha agotado todas las entradas de los cuatro conciertos y se calcula un público acumulado de 70.000 personas. EFE