El Kremlin declaró que no excluye que los servicios secretos de las extintas Alemania del Este y Unión Soviética hubieran intercambiado carnés, al comentar la publicación hoy de la foto de una identificación del actual presidente ruso, Vladímir Putin, como colaborador de la Stasi alemana.
«En los tiempos de la Unión Soviética, el KGB y la Stasi eran servicios socios, por lo que, seguramente no se puede excluir un intercambio de carnés», dijo el portavoz de la presidencia de Rusia, Dmitri Peskov, al ser preguntado por la fotografía, publicada por el diario alemán «Bild».
Al mismo tiempo, Peskov señaló que para obtener información sobre el particular lo mejor era solicitarla al Servicio de Espionaje Exterior (SVR, por sus siglas en ruso).
«No vamos a hacer comentarios», dijo un portavoz del SVR, citado por la agencia oficial rusa RIA-Nóvosti.
El carné, que lleva la firma de Putin, fue expedido el 31 de diciembre de 1985 y fue renovado regularmente hasta finales de 1989.
En esos años Putin se encontraba en Dresde (este de Alemania) como oficial del KGB, pero hasta ahora se desconocía que hubiese tenido también un carné de la Stasi.
Según el director del Archivo de la Stasi, Konrad Felber, el carné le permitía a Putin entrar sin problemas en las dependencias de los servicios secretos de la extinta República Democrática Alemana y reclutar informantes sin identificarse como agente de KGB.
Putin vivió en Dresde desde agosto de 1985 y su segunda hija, Katerina, nació en la ciudad alemana en 1986.
El actual presidente ruso siempre se ha referido con cariño a los años que pasó en Alemania y en ocasiones se ha comunicado en alemán tanto con la actual canciller, Angela Merkel -que habla ruso-, como con su antecesor, Gerhard Schröder. EFE