Carpe Diem

Juan José Pons
Guayaquil, Ecuador

La frase completa del poeta Horacio fue ¨Carpe diem, quam minimun crédula postero¨. Su traducción mas fidedigna es «Aprovecha el día, no confíes en el mañana».

Pues bien, esta frase en latín que usamos muchas veces en un entorno de frivolidad cotidiana parecería ser la norma que define al accionar del gobierno de Lenín Moreno y Alianza PAIS en cualquiera de sus modalidades o presentaciones, sea correísta, morenista, izquierdista, neoliberal o como la quieran definir, ya que se ajusta a todo terreno o propósito.

Si analizamos la gestión del gobierno en cualquiera de los ámbitos en que se desenvuelve, sea lo económico, lo  político, lo social o lo internacional, lo podemos identificar claramente.

En lo económico esta clarísima la política del CARPE DIEM cuando conocemos la propuesta presupuestaria para el 2019, maquillada al máximo que da la cosmetología pública de las cifras. También lo vemos en la política de continuo y mayor endeudamiento para solucionar los problemas del día ya que lo que se consigue no alcanza ni para la semana y lo que se recibe es emitiendo deuda equivalente a tres veces el valor desembolsado por los fondos buitres, o mendigando en China, apenas unos días después de haber denunciado la corrupción de los prestamos chinos para obras inconclusas y con fallas estructurales. Así como la de los contratos petroleros que nadie conoce aún cuando se proclama una política de transparencia inexistente .

No nos da el espacio de esta columna para enumerar todas las demás gestiones  anunciadas en lo económico que responden a esta modalidad que para darle algo de seriedad tendríamos que llamarla COYUNTURAL .

En lo político sucede algo similar y lo vemos en el accionar de las alianzas para la candidaturas para las elecciones seccionales del 2019; especialmente en Guayaquil donde Alianza PAIS, de la noche a la mañana, depone la candidatura a Prefecto y cambia el apoyo a la candidatura para la alcaldía, lanzando un candidato que ya había sido anunciado por dos partidos -Sociedad Patriótica y la Izquierda Democrática-. ¿A qué responde este manejo? Esto, por no mencionar las alianzas en Manabí o la inexistencia de candidatos en Pichincha.

Una situación similar se observa en las votaciones en la Asamblea cuando se combinan los intereses de la médula correista  y las necesidades vitales de los morenistas. No puede haber credibilidad ni confianza con este manejo politiquero.

En lo social igual cosa; se ordena pagos a hospitales que están por cerrar en Quito y Guayaquil y no sabemos cuántos más en provincias, pero el Presidente es desautorizado por su ministra y todas las promesas de campaña de generación de empleo y vivienda siguen siendo eso: promesas. Por último, se anuncia un aumento salarial SUBSIDIADO .

En la alta cirugía contra la corrupción algo similar. Son incontables las causas que se anuncian con grandes titulares y que ahí quedan. La otra incumplida oferta de campaña de invitar a la ONU para un operativo similar al que se ejecuta en Guatemala contra la corrupción también queda en promesa hasta ahora.  Todo parece que cae en el muy comentado «PACTO DE SILENCIO» propuesto en un importante almuerzo, utilizando el cuco del retorno de Rafael Correa. Esta practica del Carpe Diem la vemos también en lo internacional con nuestra posición frente a Venezuela y Nicaragua o Assange .

Podemos continuar enumerando en todas las áreas del  convivir nacional esta realidad tornada en forma de vida, que lo único a lo que conduce es a esconder los problemas estructurales de nuestro país. Esto hasta que el modelo de la dolarización no de más, ya que es lo único que mantiene a la población entontecida debido al flujo de dólares que se  lava en Ecuador producto del narcotráfico, como lo evidencia el juico al Chapo en USA, o de la corrupción que necesita blanquear sus utilidades.

La economía no perdona. Y el pueblo tampoco, cuando sufra las consecuencias o el chuchaqui de la farra. Como muestra un botón,  la rebelión de los chalecos amarillos en Francia, que se tomaron las calles reaccionando con violencia a una situación ya insoportable en lo económico.

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