Carlos Jijón Jurado
Guayaquil, Ecuador
En el mundo de streaming en el que vivimos, Netflix es rey. Con más de cien millones de suscriptores, es por mucho el servicio de su tipo más exitoso. Esto es un enorme logro en sí mismo, pero las ambiciones de la compañía son mucho más altas. No basta ni siquiera con crear contenido original que pueda competir con las cadenas tradicionales. Ese solo es el paso uno. El siguiente es adueñarse del mercado internacional.
Son muchas las industrias de entretenimiento que buscan público extranjero en nuestro mundo globalizado, pero es Netflix que lo llevó a otro nivel. Y no hay mejor ejemplo de esto que DARK, la primera serie de original de Netflix producida en Alemania, que se convirtió en un fenómeno global.
En su intento por conquistar mercados extranjeros, Netflix se dio cuenta de que no bastaba con series norteamericanas, tenían que producir localmente. El resultado son trabajos como Club de Cuervos de México, Las chicas del cable de España o DARK. En 2017, produjeron 8 de estas series. Este año el número subió a 30, muy probablemente debido a DARK. De toda su audiencia, el 90 % viene de fuera de Alemania.
Y su popularidad definitivamente tiene algo que ver con su premisa. Está ambientada en el pequeño pueblo ficticio de Winden, que se ve abrumado por la misteriosa desaparición de un grupo de niños. La policía los busca de manera incansable, pero las pistas que encuentran solo llevan a nuevas incógnitas. Y, para hacer todo más extraño, el caso es sospechosamente similar a otras desapariciones que ocurrieron en el mismo pueblo… hace más de treinta años.
Ya muchas personas han hablado de las similitudes con Twin Peaks o Stranger Things, y creo que es muy ingenuo suponer que se trata de coincidencias. Stranger Things y la más reciente temporada de Twin Peaks llevan el sello “Netflix Original” después de todo. Al parecer a la gente simplemente le encantan las series sobre grupos de personas siendo devastadas emocionalmente por fuerzas más allá de su comprensión. Eso o es mucho más barato grabar tu serie de televisión en un pueblo en medio de la nada que en una ciudad.
Y es una producción de altísima calidad. Con costosas canciones licenciadas, impresionantes efectos visuales y un enorme elenco, está claro que lo que quiere es competir con otras superproducciones televisivas o con películas. Importante mencionar que el presupuesto de Netflix para 2018 es de ocho billones de dólares (!). Eso es casi cinco veces lo que la BBC gasta en televisión al año.
Pero no es solo su historia interesante o su costo, casi todo en DARK está perfectamente diseñado para “engancharte”. Recordemos que los sitios de streaming, pero particularmente Netflix, aman estudiar el tiempo que pasas en su plataforma. Tienen registrado no solo qué ves, sino cuándo y con qué frecuencia. Saben que si tienes que esperar a que salga un episodio hay menos probabilidades de que lo veas, así que sacan toda la temporada el mismo día. Esta gigantesca base de datos parece haber sido incesablemente consultada para hacer las serie lo más adictiva posible. Por ejemplo, es más probable que termines una serie si tiene muchos cliffhangers y adivina de qué está llena DARK.
No es coincidencia que el primer capítulo cuente con una elaboradísima toma continua que presume el valor de producción del show. Tampoco que en ese mismo episodio aparezcan algunos de los sets más costosos y una de las únicas escenas de sexo explícito en la serie.
Ver DARK te permite ver la diferencia entre la audiencia del cine y la de la televisión. En el cine se busca conseguir al público más joven y las únicas películas que tienen el éxito garantizado son las familiares o de superhéroes. La rara cinta de ciencia ficción dedicada adultos suele estrellarse y morir lentamente en la taquilla (hola, Blade Runner 2049). En televisión, en cambio, puedes tener a DARK¸ que es adulta, de temática oscura y un éxito de audiencias. Es literalmente oscura también. Todo es gris, los personajes se pasan susurrando y hay un ambiente siniestro que plaga toda la historia. No es una serie sobre personas felices, es una serie sobre personas atrapadas en un ciclo de miseria que apenas y comprenden. También hay drogas, violencia, sexo, lenguaje profano y todas las otras cosas “adultas” que podrías imaginar. Es patético ver como los cineastas se matan a sí mismos para complacer a los censores mientras que las series más populares prácticamente pueden incluir lo que quieran.
Todas las grandes compañías de entretenimiento saben que expandirse más allá de las barreras culturales es la forma de crecer, pero fue Netflix que perfeccionó la fórmula. Son ellos los que descifraron que sin importar tu edad, raza o religión, todos nos podemos pasar diez horas ignorando nuestras responsabilidades para ver una serie. Ese es el mundo en el que vivimos ahora. Citando la línea que cierra la primera temporada de DARK: “bienvenido al futuro”.