Rosalía Arteaga pide declarar en emergencia el sector educativo

Rosalía Arteaga, escritora y ex vicepresidenta de la República. Foto de su Facebook.

La inversión en educación y en su calidad es uno de los asuntos más importantes para un país como Ecuador, donde la educación está en una «situación catastrófica», a criterio de la exvicepresidenta Rosalía Arteaga, quien ve urgente la necesidad de declarar en «emergencia» al sector.

Aunque reconoce que en los últimos años se ha invertido en educación, cree que el sistema educativo «ha sido un desastre» desde diferentes puntos de vista: se cerraron escuelas comunitarias y se dio una serie de disposiciones que «fueron perjudiciales para la educación», dijo.

Entre ellas mencionó el que se haya aplicado el bachillerato general unificado que no resultó positivo, sobre todo porque no había suficientes profesores preparados en física y química, arguye.

Además, la educación bilingüe «sufrió una serie de embates» y aunque en temas de infraestructura hubo inversión en las llamadas Escuelas del Milenio -con varios avances tecnológicos y amplios espacios-, otras instalaciones estaban en «muy mal estado», y, además, «no se preocuparon» de la capacitación de docentes, aseveró.

Con un doctorado en Derecho y una licenciatura en Ciencias Políticas y Sociales, Arteaga cree que la educación en Ecuador está en una situación «catastrófica», por lo que, a tenor de prácticas similares en otros sectores cuando atraviesan por una situación desastrosa, pide que se declare «en emergencia» al sector.

Una situación que cree inédita y que supone permitiría que se centren recursos y se puedan tomar las iniciativas de forma más ágil y eficiente.

Arteaga, docente por cerca de veinte años en un colegio de la ciudad andina de Cuenca, explicó a Efe que planteó su preocupación y propuesta el ministro del ramo, Milton Luna, en el cargo desde diciembre pasado.

El funcionario consideró «interesante» la sugerencia, según Arteaga, quien espera que se someta a análisis el planteamiento que formuló en el marco de una reunión que compartieron con organizaciones no gubernamentales.

Máster en Educación Básica y Rescate de Valores Culturales en América Latina y con estudios de periodismo, Arteaga opina que declarar al sector en emergencia, supondría más agilidad en la contratación para la capacitación de docentes y directivos de establecimientos educativos, una de las mayores urgencias.

Exministra del ramo en 1994 durante el Gobierno del conservador Sixto Durán Ballen, Arteaga ve indispensable establecer una línea para saber por dónde va la educación y estudiar si funciona o no el sistema de evaluación educativa.

«En educación no se pude ver el cambio de un día para el otro», es un proceso, que podría tener mayor agilidad a través de la declaración de emergencia, apuntó Arteaga, partidaria de retomar el tema de los valores en las escuelas.

Presidenta de la Fundación para la Integración y Desarrollo de América Latina (Fidal), Arteaga apuesta asimismo por la importancia de trabajar en escuelas para padres, pues «aprendemos a ser muchas cosas en la vida pero no papás y mamás».

Ve en la guía en los propios hogares y en el sistema educativo un pilar fundamental para contrarrestar, por ejemplo, el machismo y la violencia de género a fin de evitar casos como los que han conmocionado a Ecuador en los últimos días.

Se refirió a un femicidio en la ciudad andina de Ibarra y a una violación grupal, en Quito, contra Martha (nombre dado para proteger a la víctima), casos por los que están detenidos cuatro hombres en total.

«Todo tiene que ver de una u otra forma con la educación. Hay que trabajar desde la casa y la escuela. A veces los niños replican lo que ven en la casa», subrayó Arteaga quien fue vicepresidenta del país en 1996 y que asumió la Presidencia en 1997 por seis días antes de ser «víctima del machismo», según dice.

Argumenta que antes y después de ella, los vicepresidentes asumían la Presidencia en caso de ausencia del jefe de Estado, pero su corto lapso como gobernante terminó por una interpretación de la Constitución y Fabián Alarcón, a la sazón presidente del Parlamento, asumió el cargo.

Veinte años después de ese suceso, en 2018 fue finalmente reconocido su cargo y colocado su retrato junto al de otros gobernantes en el palacio de Carondelet, sede del Ejecutivo. EFE (I)

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