Una nutrida manifestación en Quito protagonizó el llamado «correísmo», el movimiento opositor que dirige en Ecuador el exmandatario Rafael Correa (2007-2017), y que se movilizó este lunes contra el Gobierno de Lenín Moreno y en favor del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, entre otros motivos.
«Moreno traidor» y «Libertad Assange» fueron algunas de las consignas que gritaron los manifestantes en su recorrido por varias calles del centro de la capital hasta unas dos calles de la Plaza de la Independencia, donde se encuentra la casa del Gobierno, que lució fuertemente custodiada por policías y militares.
Los agentes reaccionaron a la movilización opositora y en un momento de tensión arremetieron contra los participantes, lo que causó un ambiente de caos y causó que dos fotógrafos que cubrían la información resultaran con heridas.
Según testigos, los policías arremetieron contra los manifestantes y también golpearon a una fotógrafa, que resultó con una herida en la cabeza.
También otro fotógrafo de un medio local sufrió una contusión en la cabeza, producto de un golpe con un bate, mientras la gente corría para escapar de los gases lacrimógenos y la arremetida de perros y caballos.
De momento se desconoce si hay otros heridos o detenidos del lado de los manifestantes que, durante el trayecto, tildaron de «traidor» al presidente Moreno por haber retirado el asilo diplomático a Assange, lo que permitió que la policía británica lo detuviera tras ser sacado de la sede de la Embajada de Ecuador en Londres.
Assange, cuyo otorgamiento de la nacionalidad ecuatoriana también está en revisión, se mantuvo refugiado en la Embajada de Ecuador en Londres desde 2012, pero la semana pasada fue arrestado y existe la probabilidad de que sea extraditado a Estados Unidos, que lo quiere juzgar por la difusión de cientos de miles de documentos secretos.
Pero el tema Assange, durante la manifestación de hoy, fue un pretexto para una protesta contra la gestión del Gobierno de Moreno y, sobre todo, contra el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El legislador indígena Carlos Viteri señaló a Efe que la protesta de hoy, en la que participaron varios miles de personas, si bien no hay datos oficiales de participación, tiene que ver con el supuesto «retroceso en derechos» que ha experimentado Ecuador durante la administración de Moreno.
El despido de miles de empleados públicos y el aumento de los precios de ciertas gasolinas son, a criterio de Viteri secuelas de un acuerdo con el FMI que coloca a Ecuador «en los años noventa», cuando las «recetas» del organismo multilateral «siempre afectaban a los pueblos».
Además, Viteri recordó que el de Moreno es un Gobierno salpicado por actos de supuesta corrupción, con el llamado caso «INA Papers», de cuentas en supuestos paraísos fiscales, que el mandatario ha rechazado de forma categórica.
De su lado, el exvocal del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, Edwin Jarrín, quien también participó en la movilización, aseguró que la movilización es una respuesta de «indignación colectiva al retroceso en derechos» a los «despidos masivos» y a la aplicación de «recetas neoliberales».
«Assange fue un detonante» para la reacción popular, agregó Jarrín al asegurar que esta es «la lucha por los derechos, la lucha contra un mal gobierno».
La también legisladora correísta Lira Villalva coincidió en que la movilización de hoy es «la manifestación de un pueblo cansado» de políticas impopulares que tiene su base en el acuerdo del Gobierno con el FMI.
«Las manifestación se van a sostener» hasta que el Gobierno de Moreno «rectifique» su gestión y, si no lo hace, debería «dejar las riendas del país» para que haya «un mejor destino», agregó Villalva. EFE