Bonil responde los insultos del correísmo por su caricatura de Alan

El caricaturista Xavier Bonilla, Bonil, ha respondido en su página de Facebook, los insultos que, por miles, inundaron su TL de Twitter, tras una caricatura suya publicada en el diario El Universo, que hacía alusión al suicidio del dos veces presidente del Perú, Alan García, cuando iba a ser detenido, acusado de recibir sobornos de la compañía Odebrecht.

Los insultos contra Bonil han coincidido con un tuit del expresidente Rafael Correa describiéndolo como un «odiador» que «se hace pasar por caricaturista e incluso periodista».

El texto que publica Bonil es el siguiente:

«A los años un batallón, o un batallín, ha levantado sus pajaritos azules para indignarse e insultarme por mi dibujo sobre el suicidio de Alan García.

Al comienzo me sorprendí por las interpretaciones tiradas de los pelos, sin embargo, me dediqué a explicar o preguntar el porqué de su manera de ver. Veían una burla unos; otros, sin argumentar nada decían que sencillamente yo era un repugnante, o que me había pasado de la raya. Confieso que de mi sorpresa pasé a la incomodidad, luego a la ira (normal cuando te insultan sin ningún motivo) y, finalmente, me instalé en la plácida “observación sociológica, sicológica y circunstanfláutica”, pues estaba tratando con especímenes de cuidado, aunque -lastimosamente- no en peligro de extinción.

Tienen el «¡Hijo de puta!» en la lengua, y no se enredan con el «miserable», «basura», «lacayo». Es sorprendente. Una pirueta viscosa les ayuda a pronunciar tantos vejámenes en la diminuta cloaca castigadora de su boca. La saliva aceita su desprecio. ¿O es la bilis? ¡Qué importa! A la final el resultado es el mismo: un vómito de desprecio les satisface. Pero cuál ha sido su motivo esta vez? Han pensado que mi dibujo es una burla, un irrespeto al suicidio de García. Que interpreten como quiera está muy bien, están en su derecho y jamás cuestionaré aquello.

Pero los pongo en evidencia porque, mayormente, son los mismos que en su momento veían racismo en una crítica al «asambleista» Tin Delgado. Son aquellos que me acusaban de homo y transexualfobia en un dibujo sobre la cédula y el cambio de género. Los mismos que multaron a El Universo con 95 mil dólares por un dibujo mío. Es decir, no me sorprende. No es nuevo. Ya «interpretaron» a su antojo y retorcieron los argumentos durante 10 años. No me importa que sigan vomitando su desprecio infundado.

Lo único que tengo clarísimo es que no quiero que esa gente vuelva a ser Poder, para que no puedan seguir castigando, multando, linchando a través del aparato administrativo del estado, que detentaron abusiva e impunemente. Por eso, aquí les digo: los escupitajos, los insultos pueden causar dos efectos: que uno pierda la cabeza y reproduzca su ira o que nos amedrenten para que dejemos de opinar y caminemos sobre huevos, con miedo de decir algo para que no nos abucheen o nos insulten. No. Mi apuesta será siempre por el humor, por la alegría, por la paz, y jamás me contagiaré de su alma negra, ni me volveré un odiador igual a ellos. Sobre todo porque tendría que tomar un curso, y en eso ellos son los maestros. Y muy probablemente con títulos falsos…»

Más relacionadas