Empleadas acusan a Google de tomar represalias por haber organizado protesta

Esta fotografía de archivo del 20 de octubre de 2015 muestra el logotivo de Google afuera de su sede en Mountain View, California. (AP Foto/Marcio José Sánchez, archivo)

Dos empleadas de Google acusaron este martes a la empresa de haber tomado represalias contra ellas por participar en la organización de la protesta en las oficinas de la compañía en todo el mundo para denunciar una cultura empresarial que, a su juicio, «protege» a los acosadores sexuales.

Meredith Whittaker, directora del departamento de Open Research, y Claire Stapleton, trabajadora de la sección de marketing de Youtube (propiedad de Google), realizaron la acusación en una circular interna que fue filtrada a la prensa.

«Tras cinco años en Youtube Marketing (y casi doce en Google), dos meses después de la protesta me dijeron que sería degradada a un nivel más bajo, que perdería la mitad de las tareas que tenía asignadas y que un proyecto que habían aprobado ya no estaba sobre la mesa», indicó Stapleton.

La empleada explicó que se quejó a sus superiores, algo que «empeoró las cosas significativamente», ya que su supervisor pasó a «ignorarla», su trabajo fue encargado a otras personas, le sugirieron que se tomase una baja médica «pese a no estar enferma» y terminó contratando a un abogado para recuperar su puesto.

Whittaker, por su parte, denunció que tras la protesta, la empresa le informó de que su función iba a «cambiar radicalmente» y que si quería permanecer en la compañía, debía «abandonar» su trabajo sobre ética en inteligencia artificial y en el Instituto AI Now, que ella cofundó.

Las dos mujeres fueron activas en la organización el pasado noviembre de una acción coordinada de las oficinas de Google a nivel internacional contra la que consideran es una cultura que «protege» a los acosadores sexuales en la empresa, después de que se publicase el caso del cofundador de Android Andy Rubin.

Unos días antes se había conocido que en 2014 el actual consejero delegado de Alphabet -matriz de Google-, Larry Page, pidió la renuncia a Rubin al considerar la compañía «creíbles» unas alegaciones según las cuales este habría forzado a una empleada a practicar sexo oral con él en un hotel.

El cocreador del sistema operativo para móviles Android -que Google compró en 2005- abandonó entonces la compañía, pero su renuncia fue presentada al público como «amigable», no se hizo ninguna mención al escándalo sexual y Rubin recibió una compensación de 90 millones de dólares.

Decenas de miles de empleados de ambos sexos de la firma abandonaron el 1 de noviembre sus puestos de trabajo durante unos minutos para salir a la calle y protestar contra la, a su juicio, cultura sexista de Google, en una acción que tuvo gran revuelo mediático.

«Google tiene una cultura de represalias, que en muchas ocasiones funciona para silenciar a las mujeres, gente de color y minorías de género», indicó Stapleton en la misiva interna.

«Durante la protesta, recibimos 350 historias. Al leerlas, surgió un triste patrón: la gente que alza la voz y denuncia discriminación, abuso o actitudes no éticas son castigados, marginados y forzados a salir. Los responsables a menudo no reciben ningún castigo, o incluso se les premia», añadió. EFE

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