Maldito el soldado que apunta su arma contra su pueblo

Alberto Molina

Alberto Molina
Guayaquil, Ecuador

Lo dijo hace 200 años el Libertador Simón Bolivar; ahora resulta que, al menos el Alto Mando, se encuentra comprometido con la dictadura más brutal de la historia de Venezuela. Los militares latinoamericanos que amamos la libertad y respetamos la democracia y los derechos humanos, sentimos vergüenza ajena frente a la feroz represión de los militares contra el mártir pueblo venezolano.

Son 20 años de la tragedia que vive Venezuela. El pueblo les entregó a los militares las armas para que defiendan su patria y protejan al pueblo, desgraciadamente han hecho caso omiso a las palabras del Padre de la Patria y no tienen ningún remordimiento de reprimir y asesinar impunemente a su pueblo para defender una dictadura que ha sembrado hambre, sangre, sudor y lágrimas.

El peligro de la situación que vive Venezuela es que termine en una brutal carnicería humana; el Alto Mando, los verdaderos traidores a la patria de Venezuela y de la Patria Grande, están comprometidos con la dictadura porque a su sombra han amasado inmensas fortunas; no sólo que están corrompidos, sino que están prostituidos.

Otra frase de Bolívar que hay que recordar y que nos dejó en su inmenso legado, fue: «cuando la tiranía se hace ley, la rebelión es un derecho». Ese llamado, haciéndose eco al mensaje de Bolívar, ha hecho ese valiente joven Juan Guaidó, Presidente Interino de Venezuela. Este momento crucial para el pueblo venezolano debe ser respaldado por todo el pueblo ecuatoriano; no hay golpe de Estado, es un llamado de Guaidó a recuperar la democracia, la libertad y la dignidad del sufrido pueblo venezolano.

Avergüenza la decisión tomada hoy por nuestra Asamblea Nacional. Un asambleísta sensible al dolor del pueblo venezolano, propuso respaldar al llamado del Presidente Guaido que pidió salgan a las calles ciudadanos civiles y militares para derrocar al dictador Maduro y su corrupta camarilla y restaurar la democracia; pero no tuvo respaldo, votaron en contra de la moción, los asambleístas fieles al dictador Correa y los camaleónicos correistas disfrazados de morenistas.

El pueblo ecuatoriano rechaza toda dictadura civil o militar y respalda la democracia, las libertades, los derechos humanos y el bienestar de los pueblos.

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