Museo Nacional exhibe «Nuestra Patrona de la Cantera», protectora de las prostitutas

Nuestra Patrona de la Cantera. EFE

«Nuestra Patrona de la Cantera» es una imagen cuasi-religiosa que ampara a un grupo de trabajadoras sexuales de Quito, una estampita que ha llegado a trascender las fronteras del país y motivar a varias de sus colegas en naciones vecinas como Colombia y Perú.

Se la puede observar en el Museo Nacional (MuNa), en Quito, en el marco de una exposición que muestra el proceso de creación de la imagen y su vinculación a un concepto de identidad nacional.

Ivette Celi, directora del MuNa, considera que la Patrona, además de mostrar uno de los «progresos artísticos contemporáneos», interpela al público «sobre la convivencia y el respeto» a la diversidad, eslabones básicos de la cultura.

La Patrona es un proyecto artístico del ecuatoriano Fernando Falconí «Falco» que contó con la colaboración de una docena de trabajadoras sexuales del centro de tolerancia del barrio La Cantera, en el centro-oeste de Quito, explicó a Efe.

«No solo es una representación reconocida y aceptada por trabajadoras y trabajadores sexuales, por gente de la calle y por personas que en su trabajo ponen en riesgo su vida. Hay un sector de la comunidad LGBTI que también la ha adoptado como su Patrona«, dijo Falco, que estudia en México, donde trabaja en proyectos inclusivos.

Apunta que ese colectivo sufre también de «violencia, irrespeto, prejuicios y marginaciones simplemente por ser quienes son».

Para él, «La Patrona de La Cantera» está «en las personas, está en la calle, está en los cuerpos. Está en la mujer a quien ya le hizo el milagro de impedir que sea violada. Está en la vida».

Fueron trabajadoras sexuales las que construyeron la venerada imagen con base en sus creencias e ideas, recogidas por Falco, que recreó a una mujer con un niño, tal como ellas le guiaron.

La imagen principal la pintó en piedra en 2008 el artista David Santillán y se la colocó en una de las paredes del «Danubio Azul» -el burdel donde se elaboró el proyecto-, convertida en una pequeña ermita adornada con flores y donde permanece al cuidado de las trabajadoras del lugar.

Italia Vaca es la administradora y lideraba durante el tiempo del proyecto una asociación de defensa de los derechos de las trabajadoras.

Por ello simpatizó fácilmente con el plan de Falco, diseñado en el marco del Sexto Encuentro Internacional de Arte Urbano «Al zur-ich», de Quito.

Vaca, que ahora tiene 65 años y que hace siete sufrió un infarto que superó con dificultad, es enérgica al señalar que la Patrona fue un proyecto inclusivo que congregó a trabajadoras de diferentes regiones del país.

Algunas de ellas «se han retirado, otras han viajado» al exterior y alguna ha fallecido ya, contó a Efe Vaca que defiende con vehemencia el derecho de ellas a creer en su patrona.

¿Recriminaciones?. «Gracias a Dios todavía no, la mayoría somos católicas, creemos en Dios pero… ¿quién puede reprochar una creencia?», se preguntó.

Por ello, tampoco aceptó que se las juzgue como «mujeres malas», sin comprender que están en esa situación por ser, quizá, la única alternativa para sobrevivir y cuidar de sus hijos.

«Alquilamos el cuerpo para sobrevivir… No vendemos nada», subrayó y dijo que «Nuestra Patrona de La Cantera» les ha «devuelto un poco la dignidad y la esperanza».

Para Fernanda, una trabajadora sexual de 36 años, que participó en el proyecto y que se ha retirado del negocio, la Patrona fue un proceso enriquecedor que desnudó el alma de una docena de chicas.

«Las partes de la Patrona tienen algo de cada una», como la nariz de «la señora Lili», los ojos de Michelle, los labios de Estrella, los senos de Suquía y el cuerpo de Fernanda.

Además, la Patrona, que sostiene una balanza donde «más peso tiene el hijo que el dinero», viste de blanco, como símbolo de «pureza de alma y de sentimientos».

«No es una virgen, es una persona que manda (protege y guía) sobre las mujeres de La Cantera», explicó la trabajadora.

Este proyecto «significa algo valioso, porque fue hecho por nosotras mismas, hay algo sentimental que vale mucho» y bien podría representar a todo el colectivo de trabajadoras sexuales como un símbolo de identidad, subrayó Fernanda.

«Somos mujeres y antes que eso, somos madres», apostilló y recitó la oración por ellas compuestas en el proyecto y que en sus primeros versos dice: «Oh Patrona de La Cantera, protégenos de todos los males terrenales, protege también a nuestras familias y al mundo entero».

Fernando Arroyo León, EFE

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