Takis envuelve la Tate en su universo zen electromagnético

Londres.- El sonido evocador de un gigantesco gong resuena a intervalos en una de las salas de la Tate. Allí el universo electromagnético del artista griego Takis, una de las mentes mas originales de los 60, desafía a la gravedad con su reinvención de la escultura. 

A partir de mañana miércoles, la galería de arte contemporáneo reúne más de 80 trabajos de Tanayiotis Vassiolakis (su nombre real), uno de los artistas más originales de Europa en las últimas seis décadas.

Conocido como el escultor del magnetismo, de la luz y del sonido, Takis creó durante 70 años de carrera atípicas y majestuosas esculturas, instrumentos musicales y extravagantes obras de arte a partir de materiales reciclados o dispositivos tecnológicos desechados, sirviéndose de radares, antenas, imanes o péndulos.

Muchos de esos materiales los encontró en tiendas militares o mercadillos callejeros. De aparatos tecnológicos que habían sido empleados en conflictos armados, él creaba monumentos de belleza.

Sus trabajos no se exponen en la Tate atendiendo a un orden cronológico, sino que se agrupan por temáticas: «magnetismo y metal», «luz y oscuridad», «sonido y silencio», que el artista usa como «marco» para sus muchos tipos de obras, explica hoy a Efe Michael Wellen, el comisario de arte internacional del museo.

Wellen recuerda, durante la presentación de la exposición a los medios, que a Takis siempre le interesó su entorno y ya siendo niño, se dedicaba a explorar la naturaleza, enterrando objetos en Atenas y esperando varios meses para desenterrarlos y ver cómo cambiaban.

Esa curiosidad, dijo, le acompañó siempre durante sus muchos viajes. Abandonó Atenas en 1954 y se trasladó a París, donde se codeó con algunos grandes artistas reconocidos de la época, como Giacometti y otros contemporáneos.

Fue en la capital francesa donde descubrió nuevas tecnologías e ideas artísticas, y experimentó con materiales a los que, hasta entonces, no había tenido acceso. 

Entre los objetos que encontró «más fascinantes» figuran el radar y la antena, recordó el experto. «Le atrajo su forma física, pero sobre todo la manera en la que envían esa especie de mensajes invisibles», pormenorizó.

Además, fue en París donde «también aprendió sobre componentes magnéticos que se usaban en esos dispositivos y, casi por accidente, descubrió cómo un imán puede hacer que un trozo de metal flote en el espacio (…) y empezó a explorar cómo usar el magnetismo para desafiar a la gravedad y para reinventar la escultura».

Takis pronto se convirtió en una figura prominente e influyente en los círculos literarios y artísticos tanto de París, como de Londres y Nueva York, logrando con sus inventos el reconocimiento de poetas y artistas internacionales.

En la muestra de la Tate se percibe, también, un componente de espiritualidad y mediante el enorme gong, al artista «deliberadamente quiso crear un entorno de meditación».

«El trabajo de Takis rompe los límites, derriba las reglas de lo que se supone que es la escultura, lo que podría ser la pintura, y desde el principio permite al público interactuar con su obra«, indicó Wellen.

En la muestra, que se podrá contemplar hasta el próximo 27 de octubre, figura la instalación «Magnetic fields» (Campos magnéticos), creada con cuatro péndulos en 1969, en su época de Nueva York cuando vivía en el Hotel Chelsea, y que no se había mostrado al público desde los 70.

También sobresalen en la sala dedicada a instrumentos musicales, la obra «Magnetic Wall», o las esculturas conocidas como «Signals».

A la hora de concebir esta muestra, el propio Takis expresó su deseo de que fuera, sobre todo, una exposición «alegre» e «inspiradora». EFE

Más relacionadas