La importancia de planear

Maríasol Pons
Guayaquil, Ecuador

En este país, Ecuador, vivimos apagando incendios. El presidente corrige sus metidas de pata, también los funcionarios públicos, unos por desplazamientos, otros por insistir en que la población pague la factura de las continuas malas decisiones gubernamentales, en fin. Como una calma marea que pasa por ese puente estamos la mayoría de ecuatorianos que tenemos que resolver las vicisitudes sociales y económicas.

Es decir, lo macro y lo micro. En el mundo micro, la empresa privada no puede darse el lujo de estar metiendo la pata a cada rato, no sólo por que las instituciones gubernamentales están vigilantes de faltas cometidas dentro de un sistema diseñado para castigar errores desproporcionadamente, sino porque el mercado no perdona. La industria ecuatoriana, el comercio ya se acostumbraron -lamentablemente- a operar a pesar de todas las barreras.

Hay grandes historias de éxito empresarial en nuestro país a pesar del sistema draconiano. Una fortaleza, sin duda, estaría en la creación y ejecución de una planificación adecuada. Las empresas que a ratos sienten que “sobreviven” a las circunstancias operan reaccionando al mercado y eso puede llevar a perder oportunidades. La planificación no está para amarrarse a decisiones que se escriben sobre piedra y que son contraproducentes en un sistema tan cambiante como el nuestro, pero si está para orientar a equipos productivos en la mejor utilización de capacidad instalada y dirección en la gestión. El liderazgo es mucho más sano y amplio cuando los equipos saben hacia dónde van.

En lo macro, nos pasa en Ecuador hace ya demasiados años: que no sabemos a dónde vamos. Bajo el gobierno de Rafael Correa y su equipo primero se dijeron unas cosas, luego otras. Ahora, tenemos dos años en que la autoridad ha cambiado -para bien- su tono hacia la empresa y los que opinan distinto, es inevitable sentir que el país flota sin dirección clara de modelo económico. Necesitamos menos intervención del gobierno y reducir nuestros costos; la política en esa dirección debe ser marcada con claridad.

Una vez tomada la decisión, esta se debe difundir para que la empresa privada pueda enrumbarse con más certezas. Planificar significa actuar con orden, saber qué buscamos y hacia dónde vamos. La planificación incluso hace el camino más agradable porque permite ser medido. Planear es importante hasta para cambiar de plan.

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