Al menos 13 civiles fueron asesinados por miembros de las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF) en una incursión a una localidad del noreste de la República Democrática del Congo (RDC), sólo tres días después de otra masacre, confirmó hoy a Efe el activista de la sociedad civil de Beni Angelus Kavuthirwaki.
«Es exactamente lo que acabamos de vivir y ver. Los cadáveres han sido trasladados al hospital de Boikene, cerca de la ciudad de Beni. Algunos cuerpos sangraban aún cuando los primeros auxilios llegaban», declaró a Efe Kavuthirwaki por teléfono.
El ataque ocurrió este viernes por la tarde en la localidad de Maleki, territorio de Beni, situado en la provincia de Kivu del Norte, y tuvo lugar tres días después de otra masacre atribuida a los rebeldes ugandeses de esta milicia islamista en la que fallecieron 14 personas en esta misma aldea.
Kavuthirwaki dijo a Efe que los cuerpos, correspondientes a ocho mujeres, dos niños y tres hombres, se encuentran en la morgue del hospital de Boikene, protegido desde los incidentes del lunes pasado por las fuerzas de la Misión de la ONU en la República Democrática del Congo (MONUSCO) y unidades policiales congoleñas.
«Si la población está cansada de contrarrestar las incursiones de estos asaltantes, los perseguiremos hasta su último refugio. Ya están débiles y es precisamente por esta razón que atacan a los civiles», dijo a Efe el coronel Jean Félix Safari antes de lamentar el asesinato.
Los ataques de los rebeles ugandeses se multiplican contra los civiles: desde el pasado 30 de octubre, cerca de un centenar de civiles han muerto por atentados de las ADF -según datos de la MONUSCO- en respuesta a una ofensiva del Ejército congoleño contra los rebeldes, lo que ha provocado protestas de la población por la falta de seguridad.
El pasado lunes, cientos de personas saquearon la sede de la MONUSCO en Beni en protesta por su «pasividad» ante las incursiones letales de los rebeldes ugandeses y 6 civiles murieron al ser dispersados por las fuerzas del orden con fuego real, según denunciaron activistas de la sociedad civil de Benin.
Las ADF empezaron su campaña violenta en 1996 en el oeste de Uganda como contestación política al régimen del presidente ugandés, Yoweri Museveni, pero la presión militar forzó su repliegue a la frontera con la RDC, desde donde efectúan incursiones en Kivu del Norte, sobre todo para saqueos y lograr aprovisionamientos.
Su programa no es muy conocido, más allá de una posible conexión con la organización yihadista Estado Islámico y un repetido modus operandi, ocultándose y escapando a las operaciones militares gracias a una geografía montañosa.
El noreste de RDC lleva años sumido en un largo conflicto alimentado por las milicias rebeldes y los ataques de soldados del Ejército regular, todo ello bajo la supervisión de MONUSCO, que tiene desplegados más de 18.000 efectivos en el país.
Esos grupos armados dificultan también la respuesta al brote de ébola que afecta a las provincias de Kivu del Norte e Ituri desde agosto de 2018 y que ya ha causado 2.200 muertos. EFE (I)