El consultorio de Alberto: el peronista sorprende con su uso de Twitter

El candidato a la Presidencia Argentina por el peronista Frente de Todos, Alberto Fernández, acude a votar en un colegio electoral del barrio de Puerto Madero de Buenos Aires (Argentina). Los colegios electorales de Argentina abrieron a las 08.00 hora local (11.00 GMT) de este domingo para los comicios generales en los que se elegirán presidente y vicepresidente y se renovará parcialmente la composición del Parlamento. EFE/Foto Enrique García Medina

Los escasos días que faltan para que Alberto Fernández asuma la Presidencia de Argentina no son un impedimento para que el peronista mantenga siempre un ojo pendiente de Twitter, una plataforma que ha convertido en un particular consultorio y utiliza para encauzar el diálogo con sus seguidores.

El encuentro digital que Fernández improvisó la semana pasada es buena prueba de ello y da cuenta de que la estrategia comunicativa del peronista no solo pasa por los discursos de balcón y las entrevistas de plató: las redes sociales ocupan un papel central a la hora de fidelizar a su amplio electorado.

LA NOCHE DE LAS INTERACCIONES

A raíz de la felicitación del futuro presidente argentino a un usuario de Twitter por su graduación, multitud de simpatizantes se lanzaron en busca de una respuesta de Fernández y pronto la jornada del miércoles por la noche se convirtió en un diálogo en el que el exjefe de Gabinete de Néstor Kirchner (2003-2007) respondía de manera informal a cuestiones de toda índole.

Fuentes de la coalición política del presidente electo aseguraron a Efe que no se trató de una estrategia consensuada con su equipo de comunicación, sino que surgió espontáneamente del propio Fernández, quien lleva ya años siendo un activo miembro de la red social.

Muchos de los mensajes del peronista, que hasta ahora ejercía como docente en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, se dirigieron a estudiantes como Agustina, quien pidió un saludo para presentarse a un examen al que llegaba muy justa.

«¡Estudia y presentate! Un esfuerzo más y llegas. Nunca hay que aflojar. No lo hagas vos. Estudiá y rendí, vas a aprobar», publicó el futuro jefe de Estado en respuesta.

Con mensajes como este, siguió contestando a gente que celebraba su cumpleaños, lo felicitaba por su victoria electoral o quería un saludo porque se le rompió el techo de la cocina y «fue un día medio bajón»; incluso tuvo tiempo para mandar un guiño internacional en un mensaje a un colombiano que requería su saludo para tramitar la nacionalidad argentina.

«Hacete argentino si querés… sos bien recibido. Pero nunca dejes de amar a Colombia. Tu país es bellísimo y su gente maravillosa», respondió.

Otra de las anécdotas que dejó este particular consultorio fue la confirmación de la afición de Fernández a «Los Simpson».

Publicó una foto de uno de sus perros junto a la pregunta «¿por qué se llama Prócer?», en referencia a la mascota de la popular familia amarilla que aparece en uno de los capítulos de la serie y que sirvió de inspiración al peronista para nombrar a su propio can.

UN USUARIO MÁS

Luciano Galup, consultor en comunicación política, cree que este modo de gestionar el uso de redes es una buena decisión, porque genera un acercamiento a la manera en que las utilizan el resto de usuarios.

Galup explica a Efe que muchos políticos tienen problemas a la hora de afrontar este tipo de comunicación y se limitan a lanzar sus mensajes, sin generar otro tipo de interacción.

Para el autor del libro «Big Data & Política», este es uno de los puntos que diferenciaron las campañas en Twitter del presidente electo y el saliente, Mauricio Macri, quien responde más al perfil de emisor de mensajes.

Por otra parte, el cargo que ocupará Fernández la próxima semana puede influir en esta estrategia: «Cuando alguien asume un rol como el de la presidencia de un país se espera de esa persona que no esté, como se dice acá, boludeando en Twitter todo el tiempo», resume Galup.

Este lado más desenfadado que el futuro mandatario sacó a relucir en Twitter recuerda al que exhibía antes de que su próxima vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, anunciara que él encabezaría la fórmula peronista que acabó triunfando en las elecciones del 27 de octubre.

Por aquel entonces, las conversaciones espontáneas eran mucho más frecuentes y no era extraño que Fernández recurriera a insultos en sus enfrentamientos digitales con otros usuarios.

Todos esos tuits más polémicos de la etapa anterior a su candidatura siguen ahí, y Galup opina que ha sido un acierto mantenerlos porque muestran una persona que «te dice las cosas como le salen» y con un lenguaje más cercano al popular.

Según el consultor, líderes de extrema derecha o derecha populista como el brasileño Jair Bolsonaro, el estadounidense Donald Trump o el italiano Matteo Salvini se han adaptado exitosamente a esta narrativa de redes, aunque también tienen réplicas en la izquierda como la joven estadounidense Alexandra Ocasio-Cortez o el expresidente ecuatoriano Rafael Correa (2007-2017).

Galup afirma que Fernández entra dentro de este grupo de políticos adaptados a las redes y apuesta por que el diálogo digital con sus seguidores se volverá a repetir.

«Sobre todo porque muestra a un personaje bastante más cercano, que dialoga y escucha, y en medio de una crisis como la argentina y de momentos complicados es una buena cualidad de los gobernantes», sostiene. EFE

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