La mejor política social

Juan Carlos Díaz-Granados

Guayaquil, Ecuador

Este es un año electoral.  Algunos aspirantes no son conocidos y quieren hacerse populares mediante diferentes estrategias, incluyendo los paros nacionales que se anuncian desde varios sectores y que en las últimas manifestaciones nos hicieron perder, por lo menos un mil ochocientos millones de dólares (ochocientos millones, según el Banco Central), lo cual, influyó en el decrecimiento del PIB.

Según las encuestas, la mayoría de los ecuatorianos deseamos mayor estabilidad económica y trabajo.  Mientras los candidatos presidenciales nos ofrecieron 250 mil empleos anuales durante la última campaña, el 2019 cerró con una pérdida de 116 mil empleos de calidad. Es decir, cada vez tenemos menos empleo adecuado para la población económicamente activa.

El mejor plan económico es aquel que crea nuevos empleos productivos.  Eso se logra legislando para que sea fácil emprender, las ventas crezcan y por lo tanto, las empresas tengan la necesidad de contratar a más personas.

Hay que implementar una política laboral que se base en la productividad.  Que genere nuevas modalidades de contratos de trabajo sin eliminar los derechos en los convenios vigentes.  La idea es darle la oportunidad a cinco millones de ecuatorianos que no tienen empleo adecuado.  Una persona con trabajo puede consumir e incrementar las ventas.  Lo contrario causa un problema social y termina costándole más al Estado.

¿Por qué los políticos no viabilizan reformas laborales que eliminen los recargos al contrato eventual, contratos por plazo fijo y reformas constitucionales para que regrese el contrato por horas?  Todos son elegidos prometiendo más empleo, pero con sus políticas logran lo contrario, a pesar de que todos estamos de acuerdo en que esto es lo mejor.  Estoy seguro que las cinco millones de personas que no tienen un empleo adecuado votarían por ese tipo de políticos.

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