El único paciente infectado con el coronavirus en Bélgica, un ciudadano de este país que había sido repatriado desde China, recibió el alta médica al quedar libre del COVID-19 y pudo abandonar en la noche del sábado el hospital en el que ha pasado la cuarentena.
«Dos análisis negativos, el viernes y sábado, muestran que ya no tiene carga viral. Por tanto, ya no está infectado ni puede contagiarlo», dijo un portavoz del Servicio Federal Público de Salud a la agencia Belga.
Este ciudadano, de 54 años, había sido repatriado junto con otros compatriotas el pasado 2 de febrero desde la ciudad de Wuhan, en la provincia china de Hubei, epicentro de la epidemia.
Fue el único que dio positivo en los análisis para detectar el coronavirus, por lo que se le trasladó al hospital bruselense Saint-Pierre, centro de referencia para el tratamiento de este tipo de enfermedades y donde ha permanecido en situación de aislamiento.
Sin embargo, en ningún momento ha desarrollado los síntomas de la neumonía provocada por el virus y ha presentado buen estado de salud durante toda la cuarentena.
De los otros diez belgas que han sido repatriados desde China, ninguno de ellos afectado por el coronavirus, ocho podrán salir este domingo del hospital militar de Neder-over-Heembeek, a las afueras de la capital belga, dónde han pasado la cuarentena.
Los otros dos deberán quedarse en el centro unos días más, ya que fueron repatriados el domingo pasado y la cuarentena dura dos semanas.
El número de fallecidos por el coronavirus asciende ya a 1.665.
Hasta la fecha, todos los decesos menos cuatro -en Japón, Francia, Filipinas y Hong Kong– se han producido en la China continental y, aunque una treintena de países cuentan con casos diagnosticados, China acapara en torno al 99 % de los infectados. EFE (I)