Mejorar en la incertidumbre

Maríasol Pons

Guayaquil, Ecuador

Escribir contra reloj se vuelve una costumbre, tienes una fecha/hora límte, exploras mil temas, pero ninguno es suficientemente interesante para la próxima entrega, pateas la idea, la empujas más allá y te acomodas en el espacio de “ya encontraré algo mejor”. Muchas veces he intentado escribir acerca de este espacio donde convergen las ideas que se fueron, la premura y las nuevas ideas que no llegan a concretarse antes del límite de tiempo.  El resultado es un artículo que no imaginaste escribir, que lo entregas porque “lo perfecto es enemigo de lo práctico”, pero que no fue planeado. A veces, sucede que te gusta mucho, otras que gusta a los lectores, pero no a ti. Así discurre la vida entre artículos. Excepcionalmente espera un artículo 48 o 24 horas antes de ser entregado al medio.

Escribo corriendo porque vivo corriendo. O quizá escribo corriendo porque tenemos muy engranado en el consciente la idea de que algo mejor vendrá; que lo que tenemos hoy siempre puede ser menos que lo que tendremos mañana. ¿Cómo nos afecta esto a la vida diaria? Escoger cosas a última hora porque vivimos buscando lo que falta, terminar con algo que no imaginaste porque en el proceso descartaste mejores pensando que lo que venía podía ser solamente superior. Así el misterio de la vida, hay cosas que se dan y cosas que no.

Lo menciono continuamente a Zygmunt Bauman y su teoría de tiempos líquidos por la claridad conceptual con que presenta la vida en un mundo que no ofrece certezas ni fórmulas de éxito. Lo mismo menciona Amin Maalouf en un su libro Identidades Asesinas. Lo aborda también, Yuval Harari  cuando habla de la revolución humanista en su libro Homo Deus. Todas estas referencias son macro ideas para el concepto de cómo abordamos la vida hoy en día.  Estos autores resaltan que la gran parte de lo que sucede está fuera de nuestro control, destacando que hay mucho que nosotros podemos hacer con acción y pensamiento. El lector pensará automáticamente en la religión y el efecto que esta tiene sobre el pensamiento, pero no entraré a evaluar ese aspecto, me limito a lo práctico y las creencias las dejo a cada uno.

Si bien vivimos en tiempos de incertidumbre, de riesgo – ej: el efecto del coronavirus sobre la salud y la economía mundial- la disciplina en los procesos personales puede mitigar esta sensación de descontrol. Quizá hayan métodos que ya son parte de nuestro proceso personal y solo hay que reconocerlos. Un balance entre cultivo y mejoro lo que tengo, versus descarto    lo que tengo y salgo por algo nuevo. Ninguna mala, solo distintas formas de hacer lo mismo; mejorar en la gestión de la incertidumbre.

Más relacionadas