Sector aéreo se desploma en Wall Street por restricciones y bajada de vuelos

Los pasajeros con máscaras faciales llegan al aeropuerto de Taipei Songshan en Taipei, Taiwán, el 16 de febrero de 2020. El 16 de febrero, el Ministerio de Salud y Bienestar Familiar dijo que un taxista de 61 años murió de Covid-19, infectando a su hermano menor. , elevando el número de casos de coronavirus de Taiwán a 20 y marcando la primera muerte en Taiwán. Los trabajadores de la salud sospechan que el conductor del taxi fue infectado por pasajeros que visitaron China continental, Hong Kong o Macao. Al intensificar la cuarentena, Taiwán requerirá que todas las personas que tienen fiebre o tos y que hayan estado en el extranjero en los últimos 14 días se realicen pruebas de detección de nuevos coronavirus. (Macao) EFE / EPA / DAVID CHANG

El sector aéreo continúa desplomado en Wall Street y se enfrenta a los efectos económicos que tendrá sobre su actividad las restricciones impuestas tanto por Estados Unidos como por un enorme grupo de países en todo el mundo con el objetivo de frenar la propagación del coronavirus (COVID-19).

Dos horas después de la apertura del parqué de la Bolsa de Nueva York, entre las aerolíneas estadounidenses que más perdían destacaba United Airlines, con una caída en el valor de sus activos de casi un 15 %, aunque en algunos momentos se acercó a una considerable bajada de hasta un 20 %.

Sus competidores Delta y American Airlines se recuperaron ligeramente desde la apertura y a esta hora perdían un 10 % y un 5 % respectivamente, tras haber rondado pérdidas de en torno al 12 %.

Estas tres aerolíneas, las principales en Estados Unidos y que a principios de año presentaron unos resultados anuales y trimestrales de récord, se centran ahora en conservar la liquidez a medida que la demanda en los vuelos se desploma.

La inquietud en el sector aéreo se ha agravado después de que la administración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, haya dicho que no descarta imponer restricciones también en los vuelos domésticos, que se sumarían a la prohibición de recibir viajeros procedentes de países europeos.

Aunque todavía no es seguro que la administración Trump tome esa medida, que sería la primera prohibición de ese calibre desde los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, el gobierno federal tampoco ha aclarado cuánto tiempo duraría el parón en los vuelos domésticos.

En Estados Unidos las aerolíneas emplean alrededor de 747.000 personas, según datos de enero, y la preocupación reside además en cómo afectará el estacionamiento permanente de aviones en los aeropuertos y la bajada de los pedidos de fabricantes a compañías como Boeing y Airbus, cuyos proveedores están ahora en una situación de notable inestabilidad.

En este sentido también eran significativas las pérdidas del gigante aeronáutico Boeing, que lideraba el rojo de las 30 principales del Dow y se desplomaba alrededor de un 18 % después de que la agencia de calificación de riesgo Fitch rebajase su nota crediticia a «negativa».

Además del sector aéreo, también sufrían las empresas financieras como JPMorgan (-12,5 %) o la energética Chevron (-10 %), que a la incertidumbre sobre el COVID-19 debe sumar la guerra de precios del petróleo abierta entre Arabia Saudí y Rusia. EFE

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