El papa Francisco transmitió hoy su apoyo a los católicos de China, país con el que el Vaticano trata de recuperar las relaciones diplomáticas, y dijo que son parte integrante de la Iglesia y que comparte sus «esperanzas y desafíos».
El pontífice tuvo palabras para los católicos chinos en el día en que en el gigante asiático se celebra la fiesta de la Beata Virgen María, venerada en el santuario Sheshan de Shanghái.
«Encomendamos a la guía y protección de nuestra Madre Celeste a los pastores y fieles de la iglesia católica en ese gran país, para que sean fuertes en la fe y seguros en la unión fraternal, alegres testimonios y promotores de caridad y esperanza», dijo el papa.
Francisco aseguró a los fieles católicos chinos que son «parte integrante» de la Iglesia y que esta -dijo- «comparte vuestras esperanzas y os apoya en los desafíos», y después les impartió una «especial» bendición apostólica.
El papa tuvo estas palabras tras el rezo del Regina Coeli, que sustituye al Ángelus en tiempo pascual y que presidió desde dentro del Palacio Apostólico y no desde la ventana, como viene haciendo durante la pandemia de coronavirus para evitar aglomeraciones.
No obstante, este domingo acudieron a la plaza de San Pedro algunos fieles, por primera vez desde su desconfinamiento el pasado 18 de mayo, y el pontífice salió a la ventana al final para bendecirlos y fue recibido con aplausos.
Francisco además pidió la intercesión de la Virgen en favor de todas las personas que «en este tiempo difícil y en cualquier parte del mundo trabajan con pasión y compromiso por la paz, el diálogo entre naciones y el servicio de los pobres».
Y también para quienes se esfuerzan en proteger el medioambiente y por «la victoria de la humanidad sobre toda enfermedad del cuerpo, del corazón y del alma».
El Estado de la Ciudad del Vaticano y la República Popular de China se encuentran en pleno proceso de deshielo de sus relaciones diplomáticas, rotas desde que en 1951 Mao Zedong expulsó al nuncio y creó la Iglesia Patriótica Católica, dependiente del Partido Comunista.
Los dos países firmaron en septiembre de 2018 un histórico acuerdo provisional sobre el nombramiento de obispos, principal motivo de conflicto.
Un pacto criticado por algunos católicos que durante años habían denunciado la represión gubernamental de los creyentes que se negaban a someterse a control comunista.
El pasado 14 de febrero se produjo un histórico encuentro entre el ministro de Exteriores chino, Wang Yi, y el secretario vaticano para las relaciones con los Estados, monseñor Paul Richar Gallagher, en el marco de la Conferencia sobre Seguridad en Múnich (Alemania).
Los cancilleres renovaron «la voluntad de proseguir el diálogo institucional a nivel bilateral para favorecer la vida de la Iglesia católica y el bien del pueblo» chino.
Este acercamiento también ha quedado plasmado durante la crisis del coronavirus, con envíos recíprocos de material médico. EFE (I)