Los enemigos de Superman

Diego Montalvo

Quito, Ecuador

El mundo parece estar adoptando cada vez más la trama de un cómic terrorífico. Si uno habla de Superman podría que el concepto se remita netamente al personaje creado por Jerry Siegel, Joe Shuster y Wayne Boring. Pero, la idea de Superman (del Superhombre si hablamos de la literal traducción) se basa en el orden, el patriotismo y el civismo, la ley, la democracia y la tolerancia. Estas nociones en nuestra era ya son obsoletos.

Actualmente, si se quisiera dar un concepto así  a la política, éste sería cuando la vemos plagada de líderes que resulta difícil elegir al mejor. Pero, lo cierto es que  ahora se lucha por que no llegue el peor de los malos. Lo que ocurre en las protestas por George Floyd en Estados Unidos es precisamente lo que se retrata tras La muerte de Superman. El Superhombre puede acabar con la Tierra si lo desea pero nunca lo hizo. No obstante nadie se ha percatado de eso. Su presencia causa temor y en muchos provocan el rechazo. Estas ideas la utilizan los monstruos actuales, los titanes despiadados. Así mismo pasa con quienes están del lado de las leyes, los agentes del orden, los abogados y políticos demócratas. Lo cierto es que quizá nos cansamos de la paz y queremos la destrucción y el caos por el mero placer que causa arruinar una plaza, un parque o un monumento. Así, la estatua de Superman (tal y cómo se ve grafitteada en Batman v Superman) es, para los no muy inteligentes, un triunfo.

El modelo social va al colapso. El Guasón y Lex Luthor van tomando cuerpo en las dementes cabezas de “movimientos pro afroamericanos”, del colectivo GLBTI y del feminismo.  Sus macabras sonrisas rojas y sus cabezas calvas relucirán al final. El mayor jefe de ese ejército (en el país de Hombre de Acero) es Bernie Sanders: el Doomdsay que está dando la estocada final a un modelo que lo rechazó por sacar a ese esperpento. Antifa (que no llame la atención de haber sido el brazo derecho de Sanders y de los líderes “progresistas” de América Latina) es la kryptonita explosiva enterrándose en la “S” que todos en occidente llevábamos hasta hacía poco. La capa roja, yacerá colgada en un estandarte astillado, roída por las ratas, quemada por los subversivos criminales mientras las pocas esperanzas de un mundo mejor se van desvaneciendo…    

La frase de Floyd “I can’t breathe” resultó, como conclusión, ser un chiste de El Comediante (personaje de Watchmen), y se traduce como “Dije que la vida era una broma, no que la broma tuviera gracia.” Las oscuras entrañas de la podredumbre social, la demencia y el radicalismo se levantan como una sombra de hierro entre el fuego de la maldad que implican los saqueos y las muertes. ¡Me niego a creer que Superman ha muerto y que finalmente Lex Luthor y Doomsday lograron obtener la victoria! Pero las evidencias son contundentes. El mundo cada vez se vuelve más apocalíptico. Vivimos un verdadero episodio de Watchmen. Quizá el Doctor Manhattan se levante al fin y ese será el fin de nuestros tiempos. ¿Qué más da si cada día perdemos un poco de nosotros mismos? Las máscaras de V de Vendetta han asomado en estos días y en sus presagios se auguran más inmundicia.

En el cuerpo de Lois Lane ya no vale la pena esperar a que los aliados de Superman vuelvan: la Mujer Maravilla (la democracia), Batman (la ley), Flash (el tiempo), Aquaman (la energía). Ninguno vale si ya no hay la fuerza que los recoja a todos y que lleve su esencia en un solo cuerpo. Es solo cuestión de días para que también les lloremos. 

Las eras de oro quedaron atrás, los héroes no sirven de nada. Dios ha sido derrotado y la maldad pura ha vencido, esto es algo que no se venía venir. Ecuador tiene en 2021, aún la esperanza (muy minúscula) para no enterrar ese sarcófago negro con la insignia plateada.  

¡Hasta nunca, Superman!        

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