Habla el asesor español de Sonnenholzner

Fotografías cedidas por Kayros Group del asesor electoral español Víctor López durante una entrevista con Efe, este viernes, en Quito (Ecuador). La sorpresa, y quizás también algo de frustración, deben fluir estos días por las venas de López, asesor oficioso de un candidato, Otto Sonnenholzner, que a último momento decidió renunciar a sus aspiraciones por la presidencia de Ecuador, si es que alguna vez las tuvo realmente. EFE/ Cedidas Kayros Group

La sorpresa, y quizás también algo de frustración, deben fluir estos días por las venas del español Víctor López, el asesor oficioso de un candidato, Otto Sonnenholzner, que a último momento decidió renunciar a sus aspiraciones por la presidencia de Ecuador, si es que alguna vez las tuvo realmente.

López (35 años, Barcelona) acompañaba estos últimos meses (desde el 9 de marzo en que llegó a Quito procedente de San Salvador) las aspiraciones de quien hasta julio fue vicepresidente del país y que, el jueves, contra todo pronóstico, anunció que para «no dispersar el voto» se retiraba de carrera. Faltaban tres días para presentarse.

«Creo que pudo ser el gran presidente, pero que finalmente decidió no serlo», dice en una entrevista con Efe quien el año pasado ayudara a Nayib Bukele a llegar a la presidencia de El Salvador y, antes, a otros cuatro jefes de Gobierno de la región.

«En un mundo en el que muchos matan por el poder, él decidió hacerse a un lado, y dejar a otros para lo que se avecina: uno de los procesos de reconstrucción más importantes», abunda sobre un proceso electoral que, debido a la pandemia, apenas inicia su recorrido.

UNA SITUACIÓN DIFICIL

Y es que la situación de Ecuador no es alentadora: más de 100.000 contagiados y unos 10.000 fallecidos por la COVID-19, unas arcas vacías y una polarización que, hasta ahora, da alas a diez candidatos a la Presidencia.

En esta incertidumbre «cualquier candidato puede ser presidente: Tan sólo tiene que hacer una buena campaña», dice el asesor.

Licenciado en Periodismo y Ciencias Políticas, máster en Análisis Político y Asesoría Institucional, y con un postgrado en Liderazgo para la Competitividad Global por la Georgetown University (EEUU), López conoce bien la crudeza de campaña de una ya larga trayectoria electoral en una decena de países.

Pero reconoce que no recuerda «un panorama tan cambiante» en el que «días antes de las inscripciones (..), de repente, el candidato con mayor intención de voto, con todas las posibilidades de un gran éxito electoral, renuncie a presentarse«.

La pregunta de si Sonnenholzner le ha dado las razones le arranca una sonrisa picaresca, y apela a la «discreción» y la «amistad».

«En toda decisión existen razones de toda índole, profesionales, personales y de muchas características. A mi me da pena porque hubiera hecho un gran papel (..) pero me tengo que atener a su comunicado».

Y abunda que el exvicepresidente «tiene la virtud aristotélica de la prudencia» y que su decisión «ha sido muy meditada durante mucho tiempo», porque su candidatura venía impulsada porque «muchos se lo habían pedido», por «mucha gente ilusionada con su visión de un nuevo Ecuador».

PRINCIPALES BENEFICIARIOS

A América llegó este asesor español hace ya algunos años con renovadoras estrategias electorales, esquivando inclinaciones ideológicas que le han permitido acompañar a candidatos tanto de izquierda como de derecha. En España, incluso de centro.

Su último, en julio, Leonel Fernández, en República Dominicana, fue uno de los casos en los que no consiguió el objetivo, pero de Sonnenholzner cree que «con una buena campaña, podía haber ganado en la primera vuelta».

Y sin descartar un posible regreso a Ecuador, valora que su retirada favorece a Guillermo Lasso, un banquero de 64 años de Guayaquil, y al correísmo, que este sábado decide su binomio a las elecciones.

«Ambos vuelven ahora a tener una oportunidad. Con Otto en la contienda, el resultado hubiera sido manifiestamente distinto», sostiene al asegurar que el talante conciliador del exvicepresidente había cultivado votos en «zonas humildes del país».

El lunes, el exmandatario Rafael Correa anunció su intención de aspirar a la Vicepresidencia de la mano del menos conocido Andrés Arauz, pero el correísmo tiene en cuenta un binomio alternativo por los obstáculos judiciales de su candidatura (está condenado por cohecho).

«Lo que vamos a ver ahora es un trasvase de votos importantísimo, porque el 40% de la población ecuatoriana no ha decidido aún. Y de los que han decidido, muchos van a cambiar dependiendo de las estrategias de cada candidato», explica el asesor, que actualmente cursa un doctorado en Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad de Barcelona.

SORPRENDE LA FALTA DE MUJERES Y JÓVENES

En un análisis de las candidaturas hasta ahora, confiesa sorprenderse de «la poca representación femenina en los cargos principales», y de la ausencia de jóvenes «cuando la masa de votantes está entre los 18 y 39 años» y de «planes de gobierno claros hacia dónde se debe llevar el país».

«La clave del éxito es tener una estrategia de campaña adaptada al siglo XXI y un mensaje político sólido identificando los temas clave de la elección, transformándolos en historias, y masificarlos para que lleguen a todo el mundo», apunta.

Se refiere al uso masivo de plataformas digitales y redes, porque en Ecuador se puede contactar al 89 % de la población por celular y el 69 % está activo en redes. Una estrategia aun más relevante en tiempos de pandemia.

Y entre sus muchas recomendaciones, hacer «un análisis empírico de situación y de contexto», saber que el 64 % de la población es urbana y hay un electorado joven; contar con suficientes recursos económicos («no hay campaña más cara que la que se pierde»); y prepararse «para recibir golpes de imagen», algo que ocurre en todos los países, pero que, en Ecuador, «se ve día a día».

Por Elías L. Benarroch, de EFE. Con notas de la redacción de La República.

Más relacionadas