Muerto uno de los supuestos cabecillas del Estado Islámico en el sur de Libia

Un miembro del Ejército de Siria Libre posa junto a un mural del Estado Islámico. Los rebeldes, apoyados por Estados Unidos, han cercado la ciudad de Dabiq. (Reuters).

Milicias bajo el mando del mariscal Jalifa Hafter, tutor del Ejecutivo no reconocido en el este de Libia y hombre fuerte del país, anunciaron la muerte de Abu Moaz al Iraqi, considerado uno de los líderes de la organización yihadista Estado Islámico en el país norteafricano.

En un breve declaración difundida hoy por los medios locales, el portavoz Ejercito Regular Libio (LNA), Ahmad al Mismari, explicó que Al Iraqi pereció durante un operativo armado llevado a cabo a principios de este mes en la ciudad meridional de Sebha.

«En la operación se eliminó a nueve combatientes. La identidad de Al Iraqi solo ha podido ser conformada después», señaló Al Mismari antes de recordar que el presunto yihadista, conocido también como Abu Abdullah Al Iraqi, había entrado en el país en 2014 y era desde 2015 uno de los emires más importantes.

El LNA controla la mayor parte del sur de Libia desde 2018, fecha en la que lanzó una ofensiva militar y diplomática que le permitió hacerse con el control de la industria petrolera en la forma y cerrar pactos con milicias locales, en su mayoría tubu y tuareg, para tratar de controlar una de las fronteras más salvajes y más conflictivas de África.

ESTADO ISLÁMICO EN LIBIA

Grupos vinculados al Estado Islámico se apoderaron en 2015 de la ciudad costera de Sirte, en el centro del país, después de haber sido expulsados de la localidad oriental de Derna, bastión del yihadismo libio desde tiempos de la dictadura de Muamar al Gadafi.

Muchos otros llegaron desde la ciudad occidental de Sabratha, situada a un centenar de kilómetros de la frontera, y lugar de acomodo de miles de combatientes extranjeros, la mayoría de ellos de nacionalidad tunecina, llegados desde la guerra en Siria.

A ellos se unieron radicales islamistas procedentes del Sahel, en particular miembros del «Grupo de apoyo al Islam y a los musulmanes» (JNIM), una suerte de plataforma multinacional yihadista fundada en 2017 por Iyad Ghali en la que se integran los principales organizaciones violentas salafistas de Mali, Argelia, Níger, Burkina Faso, Chad, Camerún y otros países de la región.

El Estado Islámico fue expulsado tanto de Sabratha como de Sirte en 2016 por una coalición militar local integrada por la ciudad-estado de Misrata y el Gobierno de Acuerdo Nacional sostenido por la ONU en Trípoli (GNA), con apoyo aéreo de Estados Unidos y unidades de inteligencia europeas.

Aún así, su actividad ha vuelto a aumentar de nuevo en el país norteafricano, víctima del caos, la división política y la guerra civil desde que en 2011 la OTAN contribuyera militarmente a la victoria de las heterogéneas milicias rebeldes sobre la dictadura de Muamar al Gadafi. EFE

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