El primer diario en braille de Etiopía, una luz para millones de invidentes

Adís Abeba.- Una joven periodista ha lanzado el primer diario en braille de Etiopía, una nueva luz para cuatro millones de personas con discapacidad visual y un acceso muy limitado a información esencial, como ofertas de trabajo o la evolución de la pandemia de coronavirus.

La reportera Fiyori Tewolde recorría a diario la plaza de Arat Kilo, en Adís Abeba, de camino a la redacción del periódico en el que entonces trabajada, el estatal «Addis Zemen».

En esta emblemática plaza, dominada por el obelisco que conmemora la coronación del emperador Haile Selassie, existe un rincón donde los recién graduados universitarios, y cualquier transeúnte, pueden detenerse a fin de consultar las ofertas de trabajo que recogen los diarios locales.

Cada día, Fiyori pensaba en las personas con discapacidad visual que carecían de esa posibilidad, supuestamente equitativa para todos, de mejorar sus vidas.

«Eso me motivó a pensar en cómo podía ayudar y tuve la idea de publicar un periódico en braille, lo que me pareció una buena opción para cerrar esa brecha», explica a Efe Fiyori.

La joven, que estudió Periodismo y ahora cursa Sociología en la Universidad de Adís Abeba, sabe además comunicarse en lengua de signos gracias que varios amigos con problemas de audición le enseñaron en la facultad.

El pasado mayo, pese a la incertidumbre y el miedo suscitado por la COVID-19, la joven consiguió finalmente darle forma a «Fetel», periódico semanal en braille cuyo significado en amárico (idioma oficial de Etiopía) significa «algodón hilado» o «hilo». La primera edición llegó a los quioscos este miércoles.

LA COVID-19 EN BRAILLE

Es Fiyori quien cubre todos los gastos del periódico (cada ejemplar vale 30 birr, el equivalente a unos 0,7 euros), pero seis amigos de su antiguo diario se han ofrecido a echarle una mano y le ayudan con el contenido.

La segunda edición, que saldrá a la venta la semana que viene, incluirá más información sobre la pandemia -número de contagios, cómo protegerse y nuevas medidas gubernamentales-, pero también habrá espacio para política, cultura, arte y, por supuesto, ofertas de empleo.

Una vez elaborado, ese contenido será traducido al braille por la Asociación Nacional de Ciegos de Etiopía, que, pese a la acalorada acogida que le dieron al periódico, cobran a Fiyori por este minucioso servicio.

La joven espera un día conseguir un mayor apoyo económico y, desde el éxito de la primera edición, varias organizaciones gubernamentales -como el Ministerio de Educación- le han prometido involucrarse.

El objetivo final es distribuir de forma gratuita el periódico a las personas ciegas, dada la desventaja económica que padecen como consecuencia de la discriminación sistemática a la que a menudo se enfrentan.

Pero, de momento, las copias son limitadas y llegar a las personas ciegas que más lo necesitan -a quienes Fiyori en última instancia quiere ofrecer tareas clave de este proyecto- sigue siendo un desafío.

«Si pudiera obtener ayuda, me gustaría mejorar la accesibilidad del periódico. El hecho de que el precio del papel especial para braille sea tan alto me ha obligado a comenzar con una capacidad limitada», razona la periodista.

UN PASO SIMBÓLICO

El director ejecutivo de la Asociación Nacional de Ciegos de Etiopía, Sultan Esmu, conoce de primera mano los retos a los que se enfrentan las personas con discapacidad visual para obtener información en Etiopía.

«Este es un paso importante, ya que el braille es uno de los medios a través de los que las personas ciegas pueden obtener información. Estamos discutiendo cómo podemos incrementar la accesibilidad y disponer de vacantes en el propio periódico para que las personas con discapacidad visual gocen de una oportunidad laboral», comenta Sultan a Efe.

Samuel Hailemariam, con discapacidad visual y experto legal del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, discrepa con la idea de que «Fetel» sea un recurso crucial, pues asegura que aunque las personas ciegas no puedan leer la prensa tradicional, siguen teniendo la radio -su principal aliada- y la televisión.

Sin embargo, no niega el papel que puede desempeñar este nuevo periódico a la hora de ofrecer información sobre vacantes de empleo: él mismo solía pagar a una tercera persona para que le leyera las ofertas de la plaza Arat Kilo en cuanto se graduó en Derecho.

«Aunque existe una ley que garantiza a las personas con discapacidad igual acceso al empleo y otros servicios, en la práctica no se produce», asevera Samuel.

«Fetel», la primera publicación etíope en braille, encarna un recordatorio más de esa necesidad urgente de cambio, pero de poco servirá si no llega a quienes más lo necesitan. EFE

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