Ya tuvimos suficiente

Maríasol Pons

Guayaquil, Ecuador

Empezaba a escribir un artículo con muchísimas preguntas, me detuve porque todas reflejaban mi poca capacidad para conectar la situación política de los grupos indígenas a un año del paro nacional cuya participación recuerdo con vergüenza ajena. Los grupos indígenas y el correísmo amenazaron nuestra integridad personal, en la revuelta fallecieron personas, destruyeron propiedad pública y privada e intentaron imponer su agenda política. Diario El Comercio sacó un especial informativo durante una semana que recogía los sucesos, porque es importante recordar la información para contrastarla.

Y ahí me quedo, porque el ejercicio de recordar parece una necedad. Porque no entiendo por qué se permitió registrar un binomio que no cumplió con el proceso de democracia interna establecido por el CNE para inscripción de candidaturas. Me detengo porque desconozco a una persona que pretende la presidencia de la república y se acerca a la autoridad competente a identificarse con la cédula de otra persona; un gesto absolutamente irrespetuoso hacia los 17 millones de ecuatorianos, una acción que merece que lo regresen a su casa por flagrante ineptitud. Se percibe que no hubiera ley sino intenciones. Luego recuerdo las candidaturas que sí cumplieron sus procesos y encuentro balance, aún así, sigo sin computar la excepción.

Un mundo sin balance es un mundo desquiciado y parece que esa es la época que atravesamos, sino recordemos el debate presidencial entre el presidente Trump y el candidato Biden, un verdadero desastre donde se anuncia a gritos y con reflectores que se anticipa “un fraude electoral”. Sería correcto asumir que cualquier que sea el resultado este será rechazado por las partes y que veremos una crisis de credibilidad angustiante socialmente y perniciosa económicamente. A priori se pide a los candidatos no proclamarse ganadores anticipadamente vista la amenaza de fraude. ¿Qué espacio se está creando?¿Hasta dónde el cálculo político socava la institucionalidad? Si a eso le sumamos el contagio del presidente Trump y las confusas señales sobre su estado de salud, esto más parece una mala película.

Conectando con el área andina, el portal de noticias La Historia publicó una fotografía del dirigente Leonidas Iza -izquierda extrema-, en Washington frente al capitolio. ¿Señal confusa? Quizá ¿algo similar a cuando uno se toma una foto en el museo de la Inquisición en Cartagena de Indias? Es posible. Dentro de toda la confusión que reina tengo claro que yo no quiero a ninguno de los gestores de la destrucción del paro de octubre de 2019 en el poder a partir de mayo 2021, ya tuvimos suficiente.

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