La Convención Internacional del Banano

Juan José Pons

Guayaquil, Ecuador

Del 5 al 8 de Octubre se llevó a cabo al XVII Convención Internacional del Banano organizada por AEBE esta vez en modalidad virtual debido a la pandemia.

La aplicación de esta modalidad es una clara demostración de la adaptabilidad de la industria bananera ecuatoriana a los desafíos que impone el mercado, sea por la pandemia o sea por las crecientes exigencias de los consumidores.

Esta adaptabilidad o reinvención es la que estimula a que seamos más competitivos diseñando un Plan Estratégico de Sostenibilidad y Competitividad a largo plazo que se logra con una eficaz coordinación  de políticas públicas y privadas.

La industria del banano en tiempos de pandemia es el eje central de la temática de la convención, poniendo énfasis en la perspectiva internacional de la industria, las condiciones productivas, seguridad de las fincas, en la biotecnología y en la biodiversidad aplicada a la industria bananera.

La industria bananera es la actividad líder del sector agrícola ecuatoriano y el buque insignia de nuestro comercio exterior; superando, hoy, hasta al sector petrolero con un claro liderazgo mundial que solo puede ser defendido y expandido con competitividad. Su importancia se destaca no solo por la generación de divisas y de empleos sino porque su volumen genera una economía de escala en la cadena de valor de todas las exportaciones e importaciones del Ecuador.

Para lograr esta meta son necesarias políticas de estado que generen el entorno adecuado a los negocios, que fomenten políticas públicas estimulantes a la inversión y que generen confianza en un país con seguridad jurídica y con un modelo de gobierno republicano, democrático y liberal que combata la corrupción. Liberando, consecuentemente, las fuerzas productivas de los ecuatorianos.

Los productores y exportadores bananeros al igual que los de otros sectores como el acuícola, pesca, cacao, flores, etc… son un ejemplo de lo que se puede lograr a pesar de las trabas gubernamentales, ahora imagínense lo que podríamos alcanzar sin las trabas burocráticas que nos ahogan en la tramitología y otras trabas a la  atracción de inversión y generación de empleo.

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