Arauz promete en Manabí que «la Refinería del Pacífico, va»

El candidato del correísmo Andrés Arauz, el 17 de octubre de 2020, en Manabí. Foto tuiteada por Andrés Arauz.


El candidato correísta a la presidencia de la República, Andrés Arauz, ha dicho durante un recorrido por Manabí que «la refinería del Pacífico va, ¡la refinería del Pacífico, va!, porque es un proyecto estratégico, quizás el de más importancia para el Ecuador desde el tren de Eloy Alfaro en los últimos cien años».

«Nosotros vamos a continuar con la política de la revolución ciudadana de poner a Manabí en el lugar que le pertenece y que sea la provincia del milenio», ha empezado Arauz. «Nosotros sabemos que este es un proyecto crítico para el desarrollo nacional, no solo porque sustituirá cinco mil millones de dólares en importaciones, en salida de dólares que se van cada año por importación de combustibles, sino que además generá lo que se llama industrias industrializantes, como es la provisión de material textil, agroquímicos petroquímicos, fertilizantes, pinturas, y obviamente los propios derivados del petróleo», dijo Arauz.

«Nosotros definitivamente vamos a seguir apostando por la Refinería del Pacífico. No vamos a echar a perder ni deperdiciar los estudios de ingeniería con los que cuenta ya el país, ni vamos desperdiciar la zona especial de desarrollo económico Eloy Alfaro y vamos a potenciar el uso de infraestructura que ya está construida», agrega.

«Nosotros en este período preelectoral, ya hemos venido avanzando en conversaciones con socios comerciales del exterior, con entes financieros del exterior, para que ni bien lleguemos al gobierno podamos tener la certidumbre de contar con el financiamiento del caso y poder avanzar en la refinería de Manabí», dijo Arauz, quien no precisó quiénes serán los socios comerciales.

«Es un proyecto estratégico que va a generar gran cantidad de empleo a trabajadores y profesionales manabitas y tendrá repercusiones para todo el Ecuador».

La Refinería del Pacífico, un proyecto insignia del gobierno de Rafael Correa, en colaboración con el gobierno venezolano del fallecido Hugo Chávez, gastó 1.528 millones de dólares en estudios y solo concretó el aplanamiento de una plataforma donde se iba a a construir el complejo industrial, lo que lo convirtió en un símbolo del derroche estatal durante los diez años del gobierno correísta.

El plan inicial para su funcionamiento estimaba que con una inversión de 15.000 millones dólares se podrían procesar 300.000 barriles de crudo, cantidad suficiente para satisfacer la demanda de consumo interno de combustible, reducir la importación de derivados y fomentar el desarrollo de la industria petroquímica en Ecuador.

El proyecto fue abandonado por el gobierno del Presidente Lenín Moreno después que no encontrara inversores.

Más relacionadas