Ante amenazas de guerra, Grecia recomienda un embargo de armas a Turquía

REFERENCIA Recep Tayyip Erdogan, presidente de Turquía.

El primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, pidió este viernes indirectamente un embargo de venta de armas a Turquía, como la «mejor expresión de solidaridad europea» cuando la soberanía de un estado miembro está en juego.

En una rueda de prensa al término de la cumbre europea, en la que las tensiones en el Mediterráneo oriental fueron incluidas en la agenda a petición de Grecia y Chipre, el líder conservador señaló que durante la reunión de hoy recordó decisiones en Consejos anteriores sobre Siria en la que precisamente se adoptaron medidas de este tipo.

«Lo he recordado porque no hay que olvidar que la mejor expresión de solidaridad europea sería que no se permita la venta de armas a Turquía que puedan amenazar la soberanía de estados miembros», recalcó.

En ese contexto, señaló que recientemente Canadá decidió suspender la venta de armas a Turquía por su implicación en el conflicto de Nagorno-Karabaj.

Mitsotakis, quien junto al presidente chipriota, Nikos Anastasiadis, había pedido un mensaje «fuerte» hacia Turquía evitó señalar si se mostraba satisfecho con el hecho de que el documento final prácticamente reafirmara las advertencias del Consejo del pasado 2 de octubre, en el que se le dio a Turquía hasta diciembre para acabar con las provocaciones en el Mediterráneo oriental

«Hubo países que esperaban un mejor comportamiento de Turquía y han sido decepcionados. Creo que todos consideran que lo más importante es la credibilidad europea. Espero que no sean necesarias las sanciones en diciembre pero si se toman serán dolorosas para Turquía», añadió.

Según Mitsotakis, desde el último Consejo Europeo ha habido un cambio de clima entre algunos países que eran más favorables a una agenda «positiva» con Turquía, por lo que en diciembre, una vez evaluado el progreso desde octubre, «estaremos listos para tomar decisiones», dijo.

En su comunicado final, el Consejo Europeo reafirma sus conclusiones del 2 de octubre y condena «enérgicamente las nuevas acciones unilaterales y provocadoras de Turquía en el Mediterráneo oriental, incluidas las recientes actividades de exploración.

En la última semana la tensión en la zona ha vuelto a escalar después de que Turquía reanudara la búsqueda de hidrocarburos en aguas que Grecia y Chipre consideran parte de su zona económica exclusiva, tras lo cual Atenas excluyó comenzar los contactos exploratorios que había acordado con Ankara en septiembre tras la mediación de la UE.

El buque exploratorio Oruc Reis, que había regresado a las costas turcas a mediados del pasado mes, volvió a salir de puerto esta semana y según los medios helenos se encuentra cerca de la isla de Kastelórizo y con ello de lo que podría ser plataforma continental de Grecia.

Los expertos en Grecia creen que con sus acciones Ankara intenta imponer a Atenas su propia agenda de negociaciones.

Mientras Grecia dice que los únicos asuntos pendientes con Turquía son la delimitación de sus plataformas continentales y zonas económica exclusivas, Turquía quiere supuestamente aprovechar la situación para hablar de otros temas.

Entre estos está la desmilitarización de las islas del Egeo y del Dodecaneso, cercanas a las costas turcas, donde según los tratados de Lausana (1923) y de París (1947), no debe haber fuerzas militares. Grecia, sin embargo instaló en ellas fuerzas armadas -allí las llaman guardia nacional- tras la invasión turca en Chipre, en 1974.

Además, el Gobierno de Recep Yayyip Erdogan, ha vuelto a poner sobre el tapete el debate sobre lo que denominan «zonas grises», islotes en el mar Egeo -algunas incluso habitados- que Turquía reclama para sí, pero que los tratados internacionales concedieron a Grecia. EFE

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