Guayaquil, Ecuador
Lo asesinaron. Un joven checheno de 18 años le cortó la cabeza por hablar de libertad de expresión en un colegio (del cual él no era ni alumno). El profesor Samuel Paty había sido amenazado por mostrar en su clase imágenes publicadas por Charlie Hebdo con respecto del aniversario del atentado y de la mano con el juicio a 14 personas por determinar responsabilidades dentro de la misma causa. El fin del profesor llegó en la calle a las 17h00. El asesino murió a tiros por parte de la policía en un esfuerzo porque se entregue.
El hecho muestra el fundamentalismo islámico, la intolerancia en la convivencia, el poder de la redes, violencia, ignorancia, abuso y el fracaso de ciertas comunidades migrantes de incorporar modelos mentales del espacio al que migran. El gobierno francés de pronunció en el sentido de detener la actuación de organizaciones que promueven el islamismo radical, no está claro aún cuáles son esas acciones pero se habla de desmantelarlas. No es algo simple, sabemos que estas organizaciones se protegen mediante el discurso de corrección política y respeto de derechos humanos. Hay que resaltar que no se busca callar al islamismo sino controlar los ataques de los radicales.
En la historia fue dirimente la campaña que el padre de una estudiante de 13 años lanzó en las redes sociales contra el profesor de historia y geografía de la menor. Exacerbado por un predicador llamado Abdelhakim Sefrioui, conocido por los servicios de seguridad franceses, dentro de organizaciones que denunciaban un supuesto caso de islamofobia y discriminación en la escuela. La campaña incitó al acoso al profesor y dio a conocer su caso en los círculos del islamismo radical. Resulta inevitable subrayar que en estas historias los manipulados son los jóvenes, mediante ilusiones de causas y propósitos que dan grandeza en una vida difícil.
El costo personal de la migración es altísimo; la adaptación, el aprendizaje, las nuevas dinámicas de vida requieren un esfuerzo profundo de los individuos y su grupo familiar. Parece que Francia desborda su capacidad de incorporación, pero tampoco se trata de juzgar a todos por el crimen de pocos, y ese es el ejercicio máximo de los principios de la república francesa que hoy son puestos en juicio dentro de su comunidad.
La escuela simboliza el mejor espacio de oportunidades y de fraternidad, hay que defenderla e insistir para impartir esos principios por encima de cualquier modelo de corrección política. Que la historia del profesor Paty nos anime a practicar una vida de expresión libre a pesar del creciente amedrentamiento.