Sensatez y sensibilidad

Juan José Pons

Guayaquil, Ecuador

La semana pasada la encuestadora Cedatos dio a conocer su última encuesta en la que se confirma que el pueblo ecuatoriano ha concentrado su decisión de voto para febrero 7 del 2021 en tres candidatos de dos tendencias claramente marcadas y con visiones totalmente opuestas sobre cómo el país podrá salir adelante  de la grave crisis social, económica y moral en la que se encuentra .

La primera tendencia, y que lidera en las encuestas, es la del centro a la derecha representada por  Guillermo Lasso y la alianza del Movimiento CREO y el Partido Social Cristiano que defiende los principios de una  democracia republicana y de un modelo liberal como políticas de Estado que garantiza la permanencia de la dolarización y la generación de empleo.

La segunda tendencia, de extrema izquierda, está liderada por dos candidatos igualmente izquierdistas con una  visión común del Socialismo del Siglo XXI pero con ciertas diferencias tácticas de objetivos de corto plazo.

En la tendencia de extrema izquierda  comparten el liderazgo el correísta Andrés Arauz  de la alianza UNES y  el abogado Carlos Pérez Guartambel del movimiento PACHAKUTIK. Los dos representan un modelo anti productivo de planificación centralizada, que destruiría la dolarización y generaría desempleo, con todas sus consecuencias sociales, especialmente para los más pobres y vulnerables.

Luego viene un bloque de 13 candidatos que sumados todos llegan máximo al 5%  de la decisión de voto del electorado. Les toca a esos 13 candidatos dar una demostración de SENSATEZ Y SENSIBILIDAD  al pueblo ecuatoriano y deponer sus candidaturas ya que es imposible que en los 127 días que faltan para el 7 de Febrero del 2021, fecha de las elecciones, sus opciones de captar la atención y decisión de voto de los ciudadanos de tal forma que se conviertan en una real opción electoral.

Esta demostración de SENSATEZ Y SENSIBILIDAD permitiría que el debate se centre entre las dos tendencias y que los tres candidatos de las dos tendencias puedan realmente debatir ante el país lo que sus propuestas significan para su futuro.

El pueblo ecuatoriano vive un estado de angustia nunca antes visto, con una situación económica asfixiante, sin empleo con problemas de seguridad y con la permanente amenaza de la pandemia no solo a nuestras vidas sino a nuestra forma cotidiana de vida y generación de ingresos. Tenemos que recuperar la confianza en nuestros líderes y este podría ser un buen primer paso.

Más relacionadas