Jorge Rodríguez, ciudadano ilustre

Diego Montalvo

Quito, Ecuador

La lamentable muerte del economista Jorge Rodríguez deja un vacío sin igual en la historia nacional. No sólo por ser el fundador de la Comisión Nacional Anticorrupción —que junto a loables ciudadanos como Isabel Robalino, Simón Espinosa Cordero, Julio César Trujillo (también fallecido) Germán Rodas y Ramiro Román— que conformó un trabajo de incansable lucha contra uno de los mayores males dentro de la política y de la propia sociedad, sino por ser un hombre de causas, como pocos de los quedan actualmente en nuestra República.

Gracias a sus denuncias se logró determinar que durante la década correísta se usurparon cerca de 70 mil millones de dólares tras un informe detallado que sustentó sus afirmaciones. Resulta inimaginable la cantidad de recursos en tiempos donde el Ecuador tuvo bonanzas petroleras inéditas en toda su historia hidrocarburífera. Pues, en esos años, el barril de petróleo superó los 80 dólares, e incluso en algunos momentos llegó a pasar la barrera de los cien. Cuando la comisión hacía su trabajo, más incómodo resultaba el poder de Rafael Correa. Jorge Rodríguez y otros miembros presentaron largas denuncias como casos de sobornos que provenían desde la Hidroeléctrica Manduriacu, cuyo informe fue entregado a la Contraloría y a la Fiscalía. Este asunto repercutió en Rodríguez y Rodas haciéndoles acreedores de una denuncia por parte de la Corporación Eléctrica (Celec) y del Exprefecto de Pichincha, Gustavo Baroja. Así mismo se sumó el exministro de Energía, Esteban Albornoz.

El 16 de junio de 2016, la Comisión Nacional Anticorrupción presentó otro informe por “fraude procesal y engaño al Estado” que cometieron el entonces fiscal general Galo Chiriboga y el excontralor Carlos Pólit, en la compra de los helicópteros DHRUV que previamente ya había sido cuestionada por el General Jorge Gabela. El abogado de Pólit pidió pena máxima para los miembros de la comisión —un año de prisión y una indemnización igual al salario del contralor— pero Pólit, el 21 de abril de 2017, levantó los cargos y la sentencia quedó sin efecto. Pólit fue enjuiciado tiempo después y el tiempo le dio la razón a la Comisión.

Casos así no son aislados. Cuando el accionar se tuerce es necesario una mano firme que exponga a la luz tantos actos ilegítimos y la valentía para tomar tales riendas es inmensa. Los casos expuestos por Rodríguez tenían claro que la lucha contra la corrupción también es un programa económico. El trabajo de la Comisión Nacional Anticorrupción, y en especial el de Jorge Rodríguez, es un accionar que está al mismo nivel de los próceres de la Independencia que buscaron libertades para esta nación, así como Rodríguez y sus más cercanos «combatientes» desvanecieron ciertas sombras de las irregularidades que se produjeron en un modelo político que buscó aferrarse el poder con uñas y dientes mediante actos de corrupción que son las bases para cimentar una dictadura.  

De entre todos los valores ciudadanos que destacaron a Jorge Rodríguez, el más notable fue su calidad de demócrata. Mientras las acciones de aquellos que las hicieron posibles nunca se extingan, los nombres pasarán a la posteridad. La labor de este ciudadano ilustre debe estar presente en nuestro accionar diario, lleno de honestidad y rectitud. ¡Hasta siempre, luchador de las nobles causas!