La vicepresidenta de la República, María Alejandra Muñoz, ha narrado por primera vez, el proceso de adopción de sus dos hijos menores, en una entrevista con el UdlaChannel, el canal de noticias de la Facultad de Comunicación de la Udla, en el contexto de las críticas a su viaje de trabajo por Europa y a la fotografía con el papa Francisco, acompañada de su familia: su marido Leopoldo Orellana y sus tres hijos.
Muñoz ha contado que ella y marido decidieron adoptar tras la muerte de su hijo mayor, a los diez años, quien falleció víctima de la leucemia, tras una penosa lucha por salvarlo. Ella y su marido tenían también una hija menor, pese a lo cual empezaron a familiarizarse con los trámites para adoptar a otro niño.
En el proceso encontraron a dos hermanos huérfanos que sufrían lo que ella describe como «una enfermedad catastrófica» y decidieron adoptarlos a ambos. «Mis dos últimos hijos son adoptivos. Fueron adoptados cuando tenían diez años, son ecuatorianos, y yo los conocía cuando tenían cinco, y recién pudieron llegar a mi familia cuando tenían diez. El proceso tardó algunos años en que los declararan en adoptabilidad».
«El tiempo que un niño pierde la capacidad que un niño pierde en desarrollarse, en alimentarse adecuadamente, en estar con su familia, lo limita para siempre», narra en una conversación vía streaming desde Amsterdam. «Para nosotros como familia era muy duro enfrentarnos al dolor de las enfermedades catastróficas y al dolor de los niños abandonados. Mis hijos adoptados sufren de desnutrición crónica infantil, por el tiempo que tuvieron abandonados. Además tienen otra enfermedad, pero por la sensibilidad de que son hijos adoptivos, yo no quisiera entrar en esos detalles «.