La inseguridad ciudadana y los candidatos

Alberto Molina

Alberto Molina

Guayaquil, Ecuador

Motivo de inmensa preocupación es la inseguridad que ha ido creciendo en el país a tales extremos que hay un verdadero clamor por parte de la ciudadanía para que se tomen las medidas necesarias en forma urgente.

Las cifras y los hechos son elocuentes, hay una escalada de la delincuencia que requiere medidas heroicas; no faltan razones para sentirnos aterrorizados: los asaltos, robos, secuestros, asesinatos, los actos criminales en general, ocurren en todo momento y en cualquier lugar, no importa si es de día o de noche y lo que más preocupa es que cada vez son más violentos y audaces; a esto se suman los asesinatos por encargo y los “ajuste de cuentas” a manos de sicarios es noticia cotidiana.

La audacia y agresividad de los delincuentes ha llegado a grados extremos jamás vistos en nuestro país. De la misma forma, los femicidios son noticia de crónica roja, mujeres indefensas son brutalmente asesinadas, en su mayor parte por sus parejas

Este grave problema tiene varias aristas que vale la pena analizarlas; la endémica crisis económica-social agudizada por la pandemia que soporta nuestro país, sin duda, es una de ellas; la falta de oportunidad de empleo, los bajos salarios, se tornan causas por las que las personas de bajos recursos se vuelven proclives a delinquir, aunque no se justifica plenamente.

La Policía Nacional, si bien es cierto ha crecido cualitativa y cuantitativamente, pero sus esfuerzos aún son insuficientes. De acuerdo a las Naciones Unidas, se requieren, al menos 4 policías por mil habitantes; en Ecuador se dispone de 2.7. No hay una legislación adecuada que le permita a la Policía cumplir con su trabajo en forma segura y eficaz. El proyecto de Ley de Seguridad Ciudadana y Orden Público se encuentra represado desde hace más de 2 años en la Asamblea Nacional

La corrupción de algunos operadores de justicia (jueces y fiscales), la lentitud y lenidad de nuestro sistema de justicia ponen lo suyo, tanto en el aumento de los actos delictivos como en la desconfianza que existe en la mayoría de los ciudadanos.

La internacionalización del delito, la migración indiscriminada de nuestros vecinos, desde Colombia que vive el drama del terrorismo y el narcotráfico, sobre todo de miles de venezolanos que huyen de la dictadura represiva y hambreadora de Nicolás Maduro, junto a la facilidad de conseguir documentos de identificación en forma fraudulenta (lavado de identidad), hace más difícil el control.

El temor por ser víctimas de los criminales, las limitaciones del resguardo policial ha permitido que proliferen las compañías de seguridad privadas,  con personal  mal pagado, pobremente armado y equipado, sin el debido entrenamiento; se construyen urbanizaciones convertidas en verdaderas fortalezas amuralladas, los locales comerciales con todo tipo de seguridades, los vehículos son equipados con alarmas y sofisticados sistemas satelitales de rastreo, etc.

Frente a este panorama, hay una corriente de opinión que dice que a los ciudadanos se les debe permitir libremente el porte de armas.

Iniciada la campaña electoral, los candidatos hacen las más variadas propuestas para captar el voto ciudadano. Considerando el panorama señalado, me permito preguntar: ¿Señores candidatos: cuáles son sus propuestas para detener el auge delincuencial? ¿Qué van hacer para garantizar una efectiva seguridad ciudadana y si deben o no portar armas libremente?

Más relacionadas