Jugar con el futuro

Juan José Pons

Guayaquil, Ecuador

Ha empezado la campaña electoral para elegir el gobierno y la Asamblea que regirán los destinos del Ecuador por los próximos cuatro años, o por los próximos cincuenta años, como descaradamente lo ha manifestado el candidato Andrés Arauz, develando sus apetitos totalitarios poniendo en evidencia sus intenciones de convertir a Ecuador en otra Venezuela.

Esta campaña es para asumir el gobierno de un país devastado económica, moral e institucionalmente por la pandemia del correísmo durante 14 años y para la cual solo hay una vacuna: elegir un gobierno serio, honesto, capaz, responsable, que pueda dar un giro de 180 grados a la triste situación en la que estamos los ecuatorianos.

El gobierno que asuma el el 24 de mayo del 2021 recibe un país endeudado al máximo, sin dólares, con 7 de cada 10 ecuatorianos sin empleo, con una economía en recesión, con un déficit fiscal enorme sufriendo una crisis de salud pública terrible por la pandemia del covid 19; pero, más grave aún, por la corrupción que impidió que la estructura de salud pública enfrente esa pandemia. Y todo esto en un entorno de una crisis globalizada por esa misma pandemia.

En ese entorno, las propuestas y las campañas de marketing político para obtener el voto de los ecuatorianos, con excepción de una, son un monumento a la irresponsabilidad, la demagogia y más claramente al engaño de los hombres y mujeres del Ecuador.

Solo basta ver en las redes las ridiculeces que emiten con Tik Tok, o escuchar, hasta en los programas más serios, respuestas como que la solución a los problemas de los ecuatorianos es exportar agua virtual  o fundir teléfonos para exportar oro o ver candidatos que para obtener algún protagonismo recurren a vulgaridades e insultos como si alguien les pagara para atacar a otro candidato. O que ofrecen regalar dinero que no existe y que no es suyo. Todo esto es convertir a la campaña en un juego muy peligroso para el futuro de los ecuatorianos. Es crear las condiciones de convertirnos en otra Venezuela empobrecida y destruida.

Afortunadamente sí hay un candidato con una propuesta seria, programática, fundamentada y con capacidad para ejecutarla y que toma en serio el futuro,  cambiando al país positivamente. Los ecuatorianos debemos tomar muy en serio nuestro futuro y apoyar la propuesta de Guillermo Lasso.

Más relacionadas