El virus contagió también a la lengua

Johana Jiménez

Quito, Ecuador

A diferencia del año pasado, la palabra que fue elegida como la representativa de 2020 no es ni de lejos positiva o dibuja una sonrisa en el rosto. Emoji en 2019 fue nombrada como la palabra más usada y representativa pues era un vocablo nuevo, jovial y que evocaba a un sinnúmero de imágenes que cual jeroglíficos ilustraban el ánimo de las personas o simplificaban mensajes con dibujos y elementos coloridos en la era virtual.

Este año tan singular y que ha marcado a todos con una melancolía enorme se eligió un vocablo que en realidad es muy fuerte y provoca ansiedad: confinamiento.

Cada año la Fundación del Español Urgente FundéuRAE con la ayuda de la Agencia de Noticias EFE y la Real Academia de la Lengua hace esta singular elección. Para quienes valoran y se dedican al estudio de la lengua es muy importante saber cuál será la palabra elegida porque representa toda la atención mediática que produce un término durante un año. El año pasado el confinamiento fue la directriz que pretendió salvar a personas y trató de evitar que el coronavirus siga cobrando la vida de millones de ciudadanos en cada rincón de la Tierra. En otros idiomas la elección de la palabra también giró en torno a la mortal y nueva enfermedad. Términos como pandemia o lockdown (confinamiento en inglés) relacionados a la pandemia fueron los elegidos en inglés y alemán para referirse al virus que hace tan solo un año no existía.

El significado de la palabra como tal en español también tuvo que sufrir una modificación y actualización poco antes de su elección. Esto también fue parte de su elección como vocablo del año pues pocas veces le ha tomado tan poco tiempo a la Academia hacer este cambio. La elección anual se basa en dos aspectos: “estar presentes en el debate social y en los medios de comunicación, y que haya presentado dudas por su uso o significado”, aclara la Fundéu. De ahí que también estuvieron nominadas otras palabras como coronavirus, infodemia, resiliencia, COVID-19, teletrabajo, conspiranoia, tiktok, estatuafobia, pandemia, sanitarios y vacuna. Algunas de ellas ciertamente son tan raras como pintorescas: ¡Estatuafobia!

La lengua está viva, presenta nuevos términos, nuevos usos y nos recuerda que sin la palabra no podemos existir, ni siquiera podemos pensarnos sin ella. Saber que cada año se elige un nuevo término muestra la riqueza de nuestro magnífico idioma que nos permite expresarnos de manera tan sublime como corriente, la elección al momento de hablar la hace cada uno.
Siempre será bueno darle una mirada a la propuesta que desde hace ocho años nos hacen las organizaciones dedicadas a la lengua y así usar con eficacia nuevos términos.

Confinamiento en definitiva puede ser una palabra muy fuerte, negativa y hasta oscura. Evoca encierro, aislamiento, imposición y soledad, pero también, de alguna manera es esperanza, es seguridad; es, quizá, futuro. Gracias a ella podemos pensar que sobreviviremos a esta pandemia que aguantamos y sufrimos cada hora desde marzo de 2020 y que en territorios como Inglaterra ha vuelto a pronunciarse con más intensidad en estos primeros días del año, pues ellos regresan al “confinamiento duro”.

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