El Ejército de Birmania (Myanmar) arrestó este lunes a un número indeterminado de políticos, entre ellos la líder del Gobierno, la Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, además de otros políticos y líderes civiles tras una semana de rumores sobre un posible golpe de Estado militar después de que la Liga Nacional para la Democracia ganara en las elecciones generales del pasado 8 de noviembre entre acusaciones de fraude.
Myo Nyunt, portavoz del partido Liga Nacional para la Democracia (LND), encabezado por Suu Kyi, confirmó al diario The Irrawaddy la detención de la líder, además del presidente birmano, Win Myint, y otros miembros de la formación política.
«Este es un intento de golpe militar, aunque (el Ejército) pueden afirmar que no lo es», indicó al medio local el portavoz al señalar que los militares han «obligado» al presidente a convocar una reunión urgente por seguridad nacional «para entregarles oficialmente el poder».
Familiares de algunos de los detenidos, entre ellos prominentes miembros del Partido Liga Nacional para la Democracia (LND), encabezado por la Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, informaron de las detenciones, mientras las líneas de teléfono y comunicaciones permanecen cortadas, aunque todavía funciona internet.
Los soldados también tomaron el control de la cadena de televisión pública MRTV, apuntó el medio en un mensaje de Facebook al que miles de usuarios respondieron con las etiquetas «salvar a Birmania». También han tomado una de las compañías de telecomunicación que opera en el país.
Los perdedores alegan fraude
La Comisión Electoral ha negado el fraude electoral en los comicios de noviembre, ganados con una mayoría aplastante por la Liga Nacional para la Democracia (NLD, siglas en inglés), liderada por Aung San Suu Kyi, al conseguir el 83 por ciento de los 476 asientos del Legislativo.
Las supuestas irregularidades fueron denunciadas en primer lugar por el Partido de la Solidaridad y el Desarrollo de la Unión (USDP), la antigua formación gubernamental creada por la anterior junta militar antes de disolverse.
El USDP fue el gran perdedor de las elecciones, al lograr solo 33 escaños, y se ha negado a aceptar los resultados, llegando a pedir que se celebren nuevos comicios organizados por el Ejército.
Los militares, que redactaron la actual Constitución en un plan de ruta para lograr una «democracia disciplinada», cuentan con grandes poderes en el país, ya que ostentan el 25 por ciento de los escaños del Parlamento y los influyentes Ministerios del Interior, Fronteras y Defensa.
La victoria electoral de Suu Kyi demostró su gran popularidad en Birmania, a pesar de su mala reputación internacional por las políticas contra la minoría rohinyá, a la que gran parte se le niega la ciudadanía y el voto, entre otros derechos.
Líder de facto
La semana pasada, el portavoz del Ejército, el comandante general Zaw Min Tun, dijo que la cúpula de las Fuerzas Armadas ya había apuntado a la “falta de honestidad y de justicia” durante las elecciones. “No estamos diciendo que tomaremos el poder, pero tampoco estamos diciendo que no lo haremos”, dijo.
Las denuncias de fraude evidencian el frágil estado democrático de Myanmar y el poder detentado aún por el Ejército. El Parlamento birmano debía celebrar una sesión bicameral este primero de febrero para elegir al presidente, que no podrá ser Suu Kyi por motivos constitucionales: la Carta Magna de 2008, que otorga a los militares el control del 25% del Parlamento, impide que el cargo sea ocupado por una persona con hijos con nacionalidad extranjera, como es el caso de la Nobel.
Se espera pues que, aunque sea la líder de facto como durante los pasados cinco años, Suu Kyi continúe oficialmente ejerciendo de consejera de Estado, un puesto creado especialmente para ella.
Precisamente la reforma constitucional seguirá siendo uno de los objetivos de Suu Kyi durante el siguiente mandato, algo que no ha logrado en el primero y que será aún difícil en el segundo, atendiendo al poder de veto del Ejército sobre las enmiendas.
Otro asunto clave será el proceso de reconciliación con las decenas de guerrillas que luchan por la autonomía en el país. Según resultados de la Comisión, los partidos formados por minorías étnicas no han obtenido grandes resultados, aunque mejores que la formación pro militar; nueve habrían obtenido al menos un total de 41 escaños.
- Con reportes de la agencia EFE e información del diario El País.