Definiciones

Raúl Andrade Gándara

Rochester, Estados Unidos

Hace ya siete años, empecé a expresar tímidamente algunos criterios sobre distintos temas de actualidad, prevalido de la libertad que permitían entonces las redes sociales. La necesidad de emitir una opinión sin estar sujeto a los intereses, limitaciones y caprichos de los dueños de los escasos medios de comunicación «independientes» me pareció una opción terriblemente atractiva y necesaria.

La mordaza estatal establecida en el correato, tremendo limitante a la libertad de expresión, fue otra poderosa razón para salir al frente. Siempre los intereses de las argollas fueron un obstáculo para las opiniones independientes. Desde aquel entonces, mucha agua ha corrido bajo el puente. Y muy pocos problemas se han resuelto. La declaratoria de una mayor libertad de expresión no ha cambiado la actitud híbrida de los medios privados, ni el imperio mediático montado por el correato volvió, como ofrecido, a manos independientes.

Las leyes siguieron y siguen siendo una amenaza para la libertad de expresión. El ciudadano común sigue sujeto a leer, escuchar y actuar en base a lo que «los lideres de opinión» le informan o quieren informarle. Para alivio y revancha, las plataformas sociales han permitido ampliar el espectro de opiniones, y por supuesto de confusiones. Es muy fácil perder el hilo lógico frente a la suma de teorías irracionales, mentiras reiteradas, acusaciones sin sustento que aparecen a diario.

Ante ello, el uso del sentido común se vuelve indispensable. Y nuevamente, dicho sentido no es tan común como pensamos pues responde a nuestra experiencia de vida. Lo que a muchos parece lógico, no lo es tanto para otros. La vida nos da distintos parámetros. En el mundo de las redes sociales, muy similar al de la vida real, hay cabida para todo tipo de estereotipos. Desde el fanatismo hasta la ignorancia, el abanico es interminable. Y muchas veces, demasiadas, perdemos el norte.

En un país que privilegia la crónica roja sobre la economía, las novelas sobre la difusión cultural y las pastillas informativas sobre los análisis amplios, es obvio que las decisiones sobre el futuro se tomen con una superficialidad alarmante. Si a eso le sumamos la falta de conocimiento sobre temas de fondo, la complicidad de algunos medios con uno u otro candidato, y el desbarajuste estatal cuando de atención básica se trata, resulta entendible que muchos compatriotas no conozcan en detalle ni las propuestas de los candidatos, ni su factibilidad real, ni la capacidad para convertir en hechos tangibles sus propuestas.

Históricamente, las opiniones que inclinan la balanza están a cargo de una minoría pensante, activa y preparada. Son justamente aquellos que rechazan los populismos y anhelan un equilibrio mínimo para su País, una paz elemental para todos, una posibilidad real de progresar y mantener una vida sin sobresaltos.

De su decisión, de sus certezas, de sus conceptos depende la información que se riegue a los diferentes estamentos de la sociedad. De su habilidad para entender, transmitir y convencer a los demás depende la orientación que tomen los votantes. Es esta pues, y no otra, la función de quienes, sin ocultarse tras seudónimos, emiten de manera libre, voluntaria y honesta, sus criterios en redes sociales.

Sin falsa modestia pero con humildad, me precio de haber, junto con muchos otros, emitido criterios y opiniones durante todos estos años para enrumbar al Ecuador por caminos distintos a los recorridos durante los últimos catorce años. Esa es mi carta de presentación. Me es imposible olvidar un pasado lleno de abusos, de corrupción, de engaños a todas las expectativas de mejora y desarrollo. Un pasado repugnante y vergonzoso que no podemos permitir que regrese, so pena de sucumbir a un entramado de sumisión y prepotencia.

La palabra que mejor define este anhelo es LIBERTAD ! Para elegir sin triquiñuelas, sin fraude, sin promesas incumplidas, con la certeza que no van a atentar contra el corazón de un País para satisfacer los odios y codicia de unos pocos.

Esa imagen dantesca de los borregos empujándose para caer al abismo calza perfectamente con la perversa actuación de sus guías, principales responsables del fracaso de su rebaño. Durante catorce años, hemos estado en manos de improvisados. Y los resultados son deplorables. Con la experiencia adquirida, con la consciencia tranquila por haber advertido desde los inicios del gobierno de Correa del riesgo que implicaba entregar a un inexperto un cheque en blanco, me uno a las voces que claman por un cambio drástico de timón en el gobierno, para frenar la continuidad de políticas mentirosas y peligrosas.

Exijo, como muchos otros, un rechazo firme al voto nulo, último refugio de los necios, y apoyo un voto útil, responsable e informado, un voto por el Ecuador y no para secundar los intereses de tal o cual candidato ávido por figuración, o de tal o cual partido en extinción.

Un voto por la realidad, no por las utopías. Un voto por la Libertad, no para perpetuar el totalitarismo. Eso es lo que necesitamos ahora ! Unión para salir adelante, no para hundirnos más !

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